Page 167 - Autobiografia de mi Madre v.2
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me aparecía en sueños lo vefa nunca, sólo veía la parte para conquistar a un pueblo imaginario; pero tal expe
postedor de los pies� ?os talones ) bajando por una es riencia pertenece exdusivamente a las mentes libres de
calera, sus pjes desnudo� bajando, y siempre despertaba la zafiedad de la vida, como debería ser la mentalidad
sin llegar a verla subiendo la escalera de nuevo. de cualquier niño. Ella l l evaba un vestido de nanquín,
Cuando nadó mí madre (eso me dijeron), su ma un vestido suelto y sin formas, un sudar!o; le cubría los
dre la envolvió con unos cuantos trozos de tela limpia brazos, las rodinas ) Je caía hasta los tobillos, Llevaba
y la dejó a la puerta de un lugar donde vivlan monjas también un pedazo de tda a }uego que cubría su her
francesas; ellas la cdaron, la bautizaron como cristi¡:¡na moso cabello por completo.
y la obligaron a ser una persona siJendosa, tímida, su ¿Cuándo la vio mi padre por primera vez? Es po
frida, incondícíonat n1odesta y deseosa de morir joven. sible que la v1era por primera vez una de esas mañanas
Se convirtió en ese tipo de persona. El vfnculo, tanto de Dominica claras y a la vez brumosas (eso existe),
físico como espfritu a l, que supuestamente une a cual yendo hada él por el estrecho camino (la carretera) <JUe
quier madre con su hijo, la confusión que se establece a discurre serpenteante alrededor dd perímetro de la isfa
la hora de delimitar quién es quién; carne de la misma (una gran masa de tierra elevándose sobre el aún más
carne, la inseparabilidad que supuestamente existe en g r ande mar), con un bulto en la cabeza, y sin duda a él
tre madre e hijo ... todo eso estuvo ausente entre mi le había parecido hermosa no por los rasgos del ros
madre y su propia madre. ¿Cómo explicar el hecho de tro ni por la gracilidad de su figura (no lo sé, no puedo
haber sido abandonada así, qué hijo es capaz de com más que imaginármelo), nl tampoco porque notara que
prenderlo? Ese vínculo� tanto físico como esplritual, era inteligente por la expresión de su rostro; no, su
esa confuslón acerca de quién es quién, carne de la mis belleza debió de residir para mi padre en su tristeza, su
ma carne. todo eso que estuvo ausente entre mi madre debilidad, su aura de estar perdida desde hacía mucho
y su madre� estuvo también ausente entte mi madre y t1empo, las huellas de arrugas ancestrales, su abatimien
yo, puesto que cl]a murió en el momento en que yo to, la falsa humildad que era en realidad la manifestación
nací, y por mucho que quiera ser sensata y decirme a de la derrota. Por aquel entonces él ya no era simple
mí misma que aquello había sido inevitable -quién mente un vulgar, vil y tosco sicario; para entonces ya
puede evitar la muerte-, hay que preguntan:e una vez llevaba un uniforme, y puede que incluso llevara aigún
más cómo puede ningún hijo comprender una cosa galón o algún tipo de distinrívo que demostraba que
así, un abandono tan profundo. Yo me había negado a había sido convenientemente cruel y despiadado con
traer hijos al mundo. personas que no lo merecían. Para entonces había esta�
¿Y cómo debe de haber sido realmente su niñez, do yendo de ísia en isla y había engendrado hijos de
viviendo con personas como aquéllas? ... porque no muferes cuyos nombres no recordaba, los nombres
puede haber disfrutado de ninguna alegría, no puede de los niños ni siquiera los sabía en absoluto. Al verla
haber gozado de ningún momento completamente debe de haber senrido la necesidad de afincarse en al
ocioso, en el que habría sido una reina hnaginar.ia de un gún lugár. ;Mi pobre madre! Con todo, sí di¡era que
país imaginario con un ejército imaginario preparado me entristece no haberla conocido no estada dlciendo
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