Page 102 - Autobiografia de mi Madre v.2
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eso no importaba; é] tenía un coche, Todos Jos do bfan opuesto a ia muerte de su hijo y la muerte 1e había
min g os füa en coche con su esposa y su hija hasta Roseau llegado igualmente.
para a5facir a la i g Jcsia. A la vuelta comían abundante Había oscurecido ya un domingo cuando ella vol
rnente, a veces solos ) a veces acompañados de un vía de su cira clandestina con él. Se habfan encontrado
hombre con el c ¡ ue habían trabado amistad, un inglés. en un lugar situado entre Massacrc y Roseau, se habían
Y o no iba a la iglesia con ellos en el coche, no iba bcsat.io > él había estado encima de ella, ambos estaban
nunca a la jglesia, y tampoco comía con ellos. A m1 medio desnudos, ella había jadeado, él había gruñido,
hermana le habían regal:ado una bicicleta; era un ver ella le había dicho a él que le quería, él no Je había
dadero lujo, no todo el mundo tenía bicicleta. Después dicho tal cosa a ella, pero ella no lo había notado; él se
de la comida dominical, conshtente en carne prepara había apartado ya de ella, clla seguía abrazada a él. La
da a la ing lesa, asada, y un montón de fé culas, al g unas f o rma de satisfacción que sentía cuando éJ estaba den
dulces, otras saladas, a las que llamaban puddi,,gs, solía tro de ella, justo a9t1ella parte de su cuerpo enrre la
marcharse a dar un paseo en bidcleta. ¿ Un paseo a dnrura y las rodillas, apartándose de ella como si lo
dónde' Supe de inmediato que se trataba de un paseo hiciera para siempre, y otra vez dentro de ella como si
para estar en compañía del hombre de St. Joseph. Es fuera para siempre, resultaba tan arrebatadora para mí
posible que su madre y su padre lo supieran también, hermana c 1ue esrn.ba convencida de que aquella sensa�
p ero no lo mencionaron, ya no hablaban nunca con ción e:;,,istía únicamente para eHa cuando estaba con él;
ella, mucho menos parn hacerle una advertencia. Fue no sabía que podía obtener la misma sensación con
ron muchas las tardes de domjngo que salió a dar un cualquier ntra persona 1 lncluida ella misma. Estaba ena
paseo en bicicleta, y cuando se alejaba de la casa de sus morada de él t ¿y qué significaba eso? Esperaba no
padres, lo hacía con una idea sobre la que todos esta saberlo nunca, pues ella hacía que pareciera la defini
ban de acuerdo: disfrutar de una diversión mu y ción misma de la necedad. i\quel domingo por la tarde,
concreta. Se trataba de p edalear bajo la agradable bri de vuelta de su encuentro con él ) estaba entrando en la
sa de la tarde, el calor descendiendo a medida g ue el cúrv:a montada en la bícideta, la curva cerrada, )a cur
día se hacía más corto ) la luz suavizándose a medida va <..ii .. H.:: exa can cerrada que lo notabas incluso cuando
que el dfa se hada más corto, todo el entusiasmo que ibas caminando lentamente. Iba demasiado deprisa y
habla empezado con el largo bostezo de la mañana se salió de la carretera, cayendo por un precipicio y
llenándose de desaliento a medida que el dfa se hacía estrellándose contra las copas de unos árboles prime
más cono. P e ro el- calor, la luz, la duración del dfa no ro, y luego contra las rocas, restos de una erupción
tenían la menor importancia para ella, ella iba al en volcánica. El hecho de que conrinuara con vida fue
cuentro de un hombre. Su madre y mi padre lo sabían, considerado un n1ilagro 1 Jo que no dejaba de ser cierto,
sabían gue iba a encontrarse con un hombre y que se y una bendición, pero que sobreviviera. li.:s parceló una
\ trataba de aquel hombre, el mismísimo hombre de St. bendición sólo a todos aquellos que eran incapaces de
Josepb, el hombre que no les gustaba. Para entonces Jmaginar lo que eso suponfo y que por lo tanto tenían
ya h a bfan agotado su capacidad de oponerse: se ha- fe en el futuro.
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