Page 68 - Historias de Cronopios y Famas
P. 68
Conducta de los espejos Posibilidades de la abstracción
en la isla de Pascua
Cuando se pone un espejo al oeste de la isla de Pas Trabajo desde hace años en la Unesco y otros orga
cua, atrasa. Cuando se pone un espejo al este de la isla de nismos internacionales, pese a lo cual conservo algún
Pascua, adelanta. Con delicadas mediciones puede sentido del humor y especialmente una notable capaci
encontrarse el punto en que ese espejo estará en hora, dad de abstracción, es decir, que si no me gusta un tipo
pero el punto que sirve para ese espejo no es garantía de lo borro del mapa con sólo decidirlo, y mientras él habla
que sirva para otro, pues los espejos adolecen de distin y habla yo me paso a Melille y el pobre cree que lo
v
tos materiales y reaccionan según les da la real gana. Así estoy escuchando. De la misma manera, si me sta una
gu
Salomón Lemos, el antropólogo becado por la Funda chica puedo abstraerle la ropa apenas entra en mi campo
ción Guggenheim, se vio a sí mismo muerto de tifus visual, y mientras me habla de lo fría que está la mañana
al mirar su espejo de afeitarse, todo ello al este de la isla. yo me paso largos minutos admirándole el ombli ito.
gu
Y al mismo tiempo un espejito que había olvidado al A veces es casi malsana esta facilidad que tengo.
oeste de la isla de Pascua reflejaba para nadie ( estaba El lunes pasado fueron las orejas. A la hora de
tirado entre las piedras) a Salomón Lemos desnudo en entrada era extraordinario el número de orejas que se
una bañadera, jabonado entusiastamente por su papá y desplazaban en la galería de entrada. En mi oficina
su mamá; después, a Salomón Lemos diciendo ajó para encontré seis orejas; en la cantina, a mediodía, había más
emoción de su tía Remeditos en una estancia del partido de quinientas, simétricamente ordenadas en dobles filas.
de Trenque Lauquen. Era divertido ver de cuando en cuando dos orejas que
remontaban, salían de la fila y se alejaban. Parecían alas.
El martes elegí algo que creía menos frecuente: los
relojes de pulsera. Me engañé, porque a la hora del
almuerzo pude ver cerca de doscientos que sobrevolaban
las mesas con un movimiento hacia atrás y adelante, que
66 67