Page 63 - Historias de Cronopios y Famas
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Trabajos de oficina   orejas, toda rabo parado, temblando como un alambre al
       viento. Tengo que disimular, y so pretexto de que estoy
        redactando un informe, llenar al gun as hojitas de papel
        rosa o verde con las palabras que me gustan, con sus jue­
        gos y sus brincos y sus rabiosas querellas. Mi fiel secre­
        taria arregla entre tanto la oficina, distraída en aparien­
        cia pero pronta al salto. A mitad de un verso que nacía
        tan contento, el pobre, la oigo que inicia su horrible chi­
        llido de censura, y  entonces mi lápiz vuelve al galope
 Mi fiel secretaria es de las que toman su función   hacia las palabras vedadas, las tacha presuroso, ordena el
 al-pie-de-la-letra, y ya se sabe que eso significa pasarse   desorden, fija, limpia y da esplendor, y lo que queda está
 al otro lado, invadir territorios, meter los cinco dedos en   probablemente muy bien, pero esta tristeza, este gusto
 el vaso de leche para sacar un pobre pelito.   a traición en la lengua, esta cara de jefe con su secretaria.
 Mi fiel secretaria se  ocupa  o querría  ocuparse  de
 todo en mi oficina. Nos pasamos el día librando una cor­
 dial batalla de jurisdicciones,  un sonriente intercambio
 de minas y contraminas, de salidas y retiradas, de prisio­
 nes y rescates. Pero ella tiene tiempo para todo, no sólo
 busca adueñarse de la oficina, sino que cumple escrupu­
 losa sus funciones. Las palabras, por ejemplo, no hay día
 en que no las lustre,  las cepille, las ponga en su justo
 estante, las prepare y acicale para sus obligaciones coti­
 dianas. Si se me viene a la boca un adjetivo prescindible
 -porque  todos  ellos  nacen  fuera  de  la  órbita  de  mi
 secretaria, y en cierto modo de mí mismo-, ya está ella
 lápiz en mano atrapándolo y matándolo sin darle tiempo
 a soldarse al resto de la frase y sobrevivir por descuido o
 costumbre. Si la dejara, si en este mismo instante la deja­
 ra,  tiraría  estas  hojas  al  canasto,  enfurecida.  Está  tan
 resuelta a que yo viva una vida ordenada,  que cualquier
 movimiento  imprevisto  la  mueve  a  enderezarse,  toda

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