Page 69 - Historias de Cronopios y Famas
P. 69

Conducta de los espejos   Posibilidades de la abstracción
 en la isla de Pascua












 Cuando se pone un espejo al oeste de la isla de Pas­  Trabajo desde hace años en la Unesco y otros orga­
 cua, atrasa. Cuando se pone un espejo al este de la isla de   nismos  internacionales,  pese  a  lo  cual  conservo  algún
 Pascua,  adelanta.  Con  delicadas  mediciones  puede   sentido del humor y especialmente una notable capaci­
 encontrarse el punto en que ese espejo estará en hora,   dad de abstracción, es decir, que si no me gusta un tipo
 pero el punto que sirve para ese espejo no es garantía de   lo borro del mapa con sólo decidirlo, y mientras él habla
 que sirva para otro, pues los espejos adolecen de distin­  y habla yo  me paso a Melille  y el pobre  cree  que lo
                                  v
 tos materiales y reaccionan según les da la real gana. Así   estoy escuchando. De la misma manera, si me  sta una
                                                    gu
 Salomón Lemos,  el  antropólogo becado por la Funda­  chica puedo abstraerle la ropa apenas entra en mi campo
 ción Guggenheim, se vio  a sí mismo muerto de tifus   visual, y mientras me habla de lo fría que está la mañana
 al mirar su espejo de afeitarse, todo ello al este de la isla.   yo me paso largos minutos admirándole el ombli ito.
                                                       gu
 Y al  mismo tiempo  un  espejito que  había  olvidado  al   A veces es casi malsana esta facilidad que tengo.
 oeste de  la isla  de Pascua reflejaba  para  nadie  ( estaba   El  lunes  pasado  fueron  las  orejas.  A la  hora  de
 tirado entre las piedras) a Salomón Lemos desnudo en   entrada era extraordinario el número de orejas que se
 una bañadera, jabonado entusiastamente por su papá y   desplazaban  en  la  galería  de  entrada.  En  mi  oficina
 su mamá; después, a Salomón Lemos diciendo ajó para   encontré seis orejas; en la cantina, a mediodía, había más
 emoción de su tía Remeditos en una estancia del partido   de quinientas, simétricamente ordenadas en dobles filas.
 de Trenque Lauquen.   Era divertido ver de cuando en cuando dos orejas que
        remontaban, salían de la fila y se alejaban. Parecían alas.
             El martes elegí algo que creía menos frecuente: los
        relojes  de  pulsera.  Me  engañé,  porque  a  la  hora  del
        almuerzo pude ver cerca de doscientos que sobrevolaban
        las mesas con un movimiento hacia atrás y adelante, que


 66                               67
   64   65   66   67   68   69   70   71   72   73   74