Page 78 - Narraciones extraordinarias
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convertido para mí, desde hace tiempo, en una especie de ne bre zapatero. Hasta ese momento caminaba inclinando el
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cesidad. Usted caminó, mirando el suelo, atendiendo con ex cuerpo, y repentinamente lo vi erguirse. Est gesto me ha da
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presión de enojo a los hoyos del empedrado. Por lo que yo do la certeza de que usted meditaba en la d1 muta figur de
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deducía, pensando aún en las piedras, hasta que llegamos al Chantilly. Y entonces fue cuando interrump1 sus pensam1 n
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Pasaje Lamartine que ha sido pavimentado con tarugos so tos, para observar que, en fecto, Pºr se un suJeto d mas1a
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brepuestos y remachados. Al entrar allí, su expresión se ilu do bajo de estatura, Chant1lly estana me1or en el Theatre des
minó, y al mirar el movimiento de sus labios, supe que Vmiétés. . , , �
pronunciaba la palabra estereotomía•, término que tan afec No mucho tiempo después de esta conversac1on, estab -
tadamente se aplica a esa clase de pavimento. Yo sé que us mos revisando una edición de la tarde de la Gazette des Tn
ted no puede pronunciar para sí esta palabra sin pensar en los bunaux, cuando llamaron nuestra atención los siguientes
átomos, y por lo tanto en las teorías de Epicuro. Y conside párrafos:
rando que, cuando discutíamos acerca de ese tema, le hice no
tar de qué singular manera las vagas conjeturas de aquel "EXTRAÑOS ASESINATOS. Esta madrugada, alrededor
griego han hallado confirmación en la reciente cosmogonía de las tres los habitantes del Quartier Saint-Roch, fueron
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nebular, comprendí que levantaría sus ojos hacia la gran ne despertad�s por una serie de espantosos gritos, que salían el
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bulosa de Orión. En efecto, ha mirado hacia arriba, y enton piso cuarto de una casa en 111e Morgue, la cual est ba hab1ta
ces he tenido la certeza de haber seguido correctamente las da únicamente por madame L'Espanaye y su h1Ja Cam1lle
etapas de su pensamiento. Ahora bien, en la diatriba que se L'Espanaye. Al cabo de infructuosos intentos para poder en
publicó ayer en el Musée, aludiendo al pobre Chantilly, el trar en la casa de modo normal, hubo que forzar la puerta de
crítico hizo algunas ofensivas alusiones al cambio de nombre entrada con u�a palanca de hierro, y entraron ocho o diez ve
del remendón al calzarse coturnos, y citó un verso latino del cinos, acompañados de dos gendarmes. En aquel momento
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que nosotros hem s hablado a menudo: Perdidit antu¡uum lit cesaron los gritos. Pero al llegar esas person s al ellano d la
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tera prima sonwn. Yo le había dicho que esto se refería a la escalera, oyeron dos o más voces que parecian disputar aira
palabra Orión, que primero fue Urión, y, por ciertas acalora damente, y procedían de la parte superior de la casa. Cuando
das discusiones que sostuvimos por esa interpretación mía, he subieron hasta el segundo piso, los rumores cesaron y todo
tenido la seguridad de que no la había olvidado. Por lo tanto permaneció en absoluto silencio. Las ers nas mencionadas
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era lógico que no dejaría de asociar Orión con Chantilly. Que recorrieron precipitadamente las hab1tac1ones, y al entrar,
asociaba lo he comprendido por la clase de sonrisa que ha pa por fin, en una vasta sala trasera del cuarto piso, cuya puerta
sado por sus labios. Usted recordó aquella inmolación del po- también tuvieron que forzar por estar cerrada con llave por
• dentro, se hallaron ante un espectáculo que los sobrecogió de
• Estereotomía: técnica para cortar madera o piedra. ( N. del E.) asombro y horror.
La antigua palabra perdió su primera letra. (N. del E.)
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