Page 81 - Narraciones extraordinarias
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"La habitación estaba  en  violentísimo  desorden,  y  los   terior del edificio. Aquí fue hallado el cadáver de la anciana
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 muebles rotos y esparcidos en diversas direcciones. No que­  madame L'Espanaye, con la garganta rebanada de tal  oda
 daba más lecho que el armazón de una cama; todo lo demás   que, al intentar alzar el cuerpo, la cabeza se desprend10. El
 de ésta había sido arrancado y lanzado por el piso. Sobre una   cuerpo se veía horriblemente mutilado, y conserva apenas su
 silla se encontró una navaja de afeitar manchada de sangre, y   apariencia humana.   .
 en la chimenea, dos o tres largas guedejas de cabellos huma­  "Hasta ahora, que sepamos, no se ha logrado el menor m-
 nos canosos, igualmente empapados de sangre, que parecían   dicio para aclarar este escalofriante misterio."   .  .
 haber sido desprendidos de raíz. En el suelo se hallaron cua­  El diario del día siguiente daba estos pormenores ad1c10-
 tro napoleones, un pendiente de topacio, tres grandes cucha­  nales:
 ras de plata, tres cucharillas de metal d 'Alger, y dos talegas que
 contenían aproximadamente cuatro mil francos en oro. Los   "LA TRAGEDIA DE LA RUE  MORGUE. Gran número de
 cajones de una cómoda que se hallaba en un rincón, estaban   personas han sido interrogadas acerca de este espanto o y ex­
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 abiertos y, al parecer, saqueados, aunque todavía quedaban   traordinario asunto, sin que se consiga nada que arroJe algu­
 algunos objetos. Debajo de la cama descubrieron un cofreci­  na luz. A continuación ofrecemos todas las declaraciones más
 to de hierro, abierto, con la llave aún puesta en la cerradura.   importantes que se han obtenido.
 No contenía más que unas cartas antiguas y otros papeles de   "Paulina Dubourg, lavandera, declara haber tratado a las
 poca importancia.   víctimas durante tres años, por haber lavado para ellas todo
 "De madame L'Espanaye no se encontraba ningún ras­  ese tiempo. Dice que la anciana y su hija vivían en buenos
 tro. Pero al advertir en el hogar una cantidad desusada de   términos, muy cariñosas la una para la otra. Pagaban puntual­
 hollín, se examinó la chimenea, y ... ida espanto decirlo! se ex­  mente. No sabe mucho acerca de su manera de vivir o los me­
 trajo de allí el cuerpo de su hija, cabeza abajo; había sido in­  dios para hacerlo. Cree que la señora profetizaba la buena
 troducido en dicha posición por la estrecha abertura, hasta   ventura para ganar la subsistencia, y se comentaba que man­
 una altura considerable. Este cuerpo estaba todavía caliente,   tenía dinero oculto. Jamás halló a otras personas en la casa,
 y mostraba numerosas excoriaciones, ocasionadas sin duda   cuando la llamaban para recoger la ropa o cuando iba a de­
 por la violencia con que fue embutido en aquel lugar, y el es­  volverla. No tenían muchos muebles, salvo en el cuarto piso.
 fuerzo  para  extraerlo.  En  el  rostro  tenía  innumerables
 arañazos, y, en la garganta, cárdenas magulladuras, y profun­  "Pieire Moreau, dueño de una tabaquería, declara que ha­
 das heridas causadas por uñas, como si la muerta hubiera si­  bitualmente le vendía pequeñas cantidades de tabaco y de
                                                              ,
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 do estrangulada.   rapé a madame L'Espanaye; durante unos cuatro años. El n ­
 "Después de un completo reconocimiento de todos los   ció en su vecindad y siempre ha vivido allí. La señora y su hi­
 lugares de la casa, sin lograr nuevos descubrimientos, los pre­  ja hacía más de seis años que habitaban en la casa donde
 sentes se dirigieron a un patiecillo enlosado, en la parte pos-  fueron  encontrados  sus  cadáveres.  Anteriormente  estuvo

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