Page 289 - Narraciones extraordinarias
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de hablar lenta, pesada y hueca a una pronunciación densa   miedo".
 equilibrada y  modulada,  que puede observarse en u�   Reconocí también, por medio de insinuaciones,  otro
 borracho perdido o en un fumador de opio en sus periodo   rasgo de su particular situación mental. Estaba rodeado de
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 de máxima excitación.   supersticiones relacionadas con la morada donde vivía, de
 De esta manera se refirió a mi visita, a las ganas que   la cual no se había atrevido a salir en años. Supersticiones
 tenía de verme y a la alegría que esperaba encontrar en mí.   de alguna oscura energía que provenía del aspecto físico
 Me explicó largamente la naturaleza de su enfermedad.   de la casa, de los muros, de las torres y del estanque, que
 Era un mal de familia -dijo- una simple afección nerviosa   influía en su espíritu, en la moral de su existencia.
 que acabaría pronto. Se manifestaba en una multitud de   Admitía, no obstante, y con especial tristeza, que el
 sensaciones anormales, las  cuales,  a medida que las  iba   origen de su dolencia podía deberse a una razón mucho
 detallando me  impresionaron y desconcertaron,  aunque   más palpable y natural:  la cruel y cercana muerte de su
 principalmente por el tono del relato y los gestos de mi   querida hermana, su única compañera durante largos años.
 amigo. Sufría de una agudeza de los sentidos:  no podía   "Su  muerte -dijo- me  convertirá a  mí  en  el  último
 comer  otra  cosa  que  alimentos  insípidos,  usar ropa de   sobreviviente de la antigua raza de los Usher".
 determinadas  texturas,  los  perfumes  de  las  flores  le   Mientras decía esto, Lady Madeline -que así se llamaba
 molestaban horriblemente, la luz más débil dañaba sus ojos,   la hermana- pasó a través de la habitación sin siquiera notar
 y  soportaba  sólo  algunos  sonidos,  entre  ellos,  los   m i   presencia.  La  miré  con  enorme  asombro  y  no
 instrumentos de cuerda eran los únicos que no le producían   desprovisto de  pavor seguí sus pasos con la  mirada. Cuando
 terror.   desapareció tras la puerta, busqué instintivamente el rostro
 Noté que era un esclavo sometido a un especial pavor.   de su hermano, pero este había hundido la cara entre las
 "Moriré -dijo de pronto-, tengo que morir de esta espantosa   manos  y  sólo  pude percibir  una palidez mayor  que  la
 locura. Así y no de otra manera debo morir. Me sobrecojo   habitual en sus dedos, por entre los cuales se escapaban
 al pensar en el futuro, en sus consecuencias. Tiemblo al   unas tristes lágrimas.
 pensar en cualquier situación que pueda interferir en mi   La  enfermedad  de  Lady  Madeline había burlado
 estado. Aborrezco totalmente el peligro, salvo su efecto   durante mucho tiempo la ciencia de los médicos.  Su
 absoluto: el terror. En esta lamentable condición creo que   diagnóstico consistía en un agotamiento y apatía hacia la
 llegará el momento en que la vida y la razón me abandonen   vida y de  vez en cuando,  algunos ataques  de carácter
 al  mismo  tiempo,  en alguna  lucha  con mi  fantasma:  el   epiléptico. Hasta la tarde de mi llegada había soportando


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