Page 180 - Narraciones extraordinarias
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gunas horas reaccionó, reconoció a sus amigos y relató su              algunos experimentos de electricidad. En un principio los
            terrible aventura. Aseguró haber conservado la conciencia              ·jcrcicios no produjeron ningún cambio ni efecto en parti­
            durante más de una hora luego de haber sido enterrado. La             cular, salvo en dos o tres ocasiones en que se produjo una
            tumba había sido descuidadamente tapada con tierra muy                 apariencia mayor de vida que la acostumbrada en las con­
            porosa, lo que había permitido la entrada del aire. Los pasos          vulsiones.
            de la multitud lo despertaron e intentó hacerse oír. Dijo que             Como se aproximaba el amanecer, decidieron termi­
            una vez despierto cayó en cuenta de su espantoso estado.               nar y proceder a la disección. Sin embargo, uno de los es-
               El paciente presentó una positiva mejoría, sin embar­               1 udiantes, deseoso de probar una teoría propia, pidió apli­
           go, víctima de las experimentaciones médicas, se le aplicó              car la electricidad en uno de los músculos pectorales. Hizo
           la batería eléctrica y murió de improviso en uno de esos                un corte en la zona y estableció rápidamente el contacto;
           ataques que este tratamiento suelo ocasionar.                           esta vez el paciente con un movimiento rápido pero nada
               La batería eléctrica trae a mi memoria un caso extraor­             de convulso, se levantó y caminó hacia el centro de la ha­
           dinario y bien conocido en que su aplicación hizo volver a la           hi tación, miró para todos lados y habló. No se comprendió
           vida a un joven abogado de Londres que estuviera enterrado              lo que dijo, pero se distinguieron algunas sílabas. Después,
           por dos días. Este hecho ocurrió en  1831, momento en que               el cuerpo se desplomó pesadamente sobre el suelo.
           causó gran conmoción y fue tema para la opinión pública.                    Durante algunos segundos todos quedaron paraliza­
               El paciente, Edward Stapleton, parecía haber muerto,                dos del susto, pero la urgencia del caso los devolvió rápi­
           de fiebre tifoidea, acompañada de unos desconocidos sín­                damente a la serenidad.  No había duda de que el señor
           tomas que excitaron la curiosidad de los médicos,  tanto                l�dward Stapleton estaba vivo, aunque sin sentido. Le ad­
           que rogaron a la familia el permiso para hacer una autop­               ministraron éter para sacarlo de este estado y mantuvieron
           sia; petición que fue denegada. Como sucede en estos ca­                su resurrección en secreto, hasta que estuvo  totalmente  sano
           sos, los médicos se decidieron a desenterrar en secreto el              para volver junto a sus familiares y amigos,  quienes no
           cuerpo y disecarlo a gusto. Se hicieron los arreglos con los            podían creer la noticia.
           clásicos ladrones de cementerios, y la tercera noche des­                   Lo. más impresionante de este caso es que el señor
           pués del entierro, el cadáver fue desenterrado de la fosa y             Stapleton aseguró haber permanecido todo el tiempo con
           llevado a la sala de operaciones de un hospital privado.                conciencia; que de un modo borroso y confuso se enteró
               Le hicieron una profunda incisión en la región del ab­              de todo lo que ocurría tanto en el hospital como en su en­
           domen, y su fresco e incorrupto estado los llevó a ensayar              tierro.  "Estoy vivo", fueron las incomprensibles palabras

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