Page 177 - Narraciones extraordinarias
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soportadas por un solo individuo y no por una multitud!   para sospechar lo contrario; pues presentaba todos los sig­
 Ser enteITado vivo es, sin duda, el mayor horror que   nos comunes de la muerte: el rostro contraído, los labios
 ha caído sobre un hombre. Que esto ha sucedido con fre­  pálidos, los ojos sin brillo, el cuerpo frío, las pulsaciones
 cuencia, con mucha frecuencia, nadie sensato lo negará.   detenidas. Durante tres días estuvo la mujer sin entieITo, y
 Los límites entre la vida y la muerte son siempre vagos e   durante esos días el cuerpo asumió una mayor rigidez. Fi­
 indefinidos. ¿Quién puede decir dónde empieza una y dón­  nalmente, se llevaron a cabo los funerales, apresurados por
 de termina 1a otra? Se sabe de algunas enfermedades que   el rápido avance de la supuesta descomposición.
 producen una total paralización de los signos vitales, y que   La señora fue depositada en la tumba familiar, que per­
 esa paralización es una simple suspención, para llamarla   maneció cerrada los tres años siguientes. Una vez cumpli­
 por su nombre.  Son tan sólo pausas del incomprensible   do este plazo, fue abierta para recibir un nuevo ataúd. Mas,
 mecanismo. Basta unos minutos para que un principio mis­  ¡que terrible revelación le aguardaba al marido que abrió
 terioso y oculto vuelva a dar movimiento a los desconoci­  por sí mismo la puerta! Al empujar la pesada entrada, un
 dos engranajes. La cuerda de plata no estaba suelta, ni se   objeto vestido de blanco cayó rechinando sobre sus bra­
 ha roto el vaso de oro; pero, mientras tanto, ¿dónde se en­  zos.  ¡Era el esqueleto de su mujer con la mortaja todavía
 contraba el alma?   puesta!
 Sin embargo,  además de la inevitable conclusión de   Por las cuidadosas investigaciones que se hicieron con
 que muchos de estos casos han terminado en entieITos pre­  posteridad, se comprendió que la mujer revivió dos días
 maturos, contamos también con el testimonio de los médi­  después de ser enterrada, y que las luchas por salir del en­
 cos que los han tratado, para probar que existe un sin nú­  cierro provocaron la caída del ataúd desde el nicho al sue­
 mero de estos entierros. Si fuera necesario pod1ía hacer men­  lo, y al romperse pudo salir. Una lámpara que accidental­
 ción a cien casos comprobables. Entre ellos, me referiré a   mente había quedado llena de aceite estaba vacía, aunque,
 uno espantoso que tuvo lugar en Baltimore y cuyos deta­  sin embargo, pudo haberse consumido por evaporación.
 ]les, interesantes y curiosos, posiblemente aún permanez­  En el escalón superior de la tumba había un pedazo del
 can en la memolia de mis lectores. La mujer de un respeta­  ataúd con el cual la mujer intentó llamar la atención gol­
 ble abogado miembro del Congreso fue atacada por una   peando la pesada puerta de hieITo. Mientras lo hacía, pro­
 inexplicable enfermedad que burló la ciencia de los médi­  bablemente se desmayó o murió presa del teITor; y al caer,
 cos. Después de un largo padecimiento, la mujer murió o   su mortaja se enredó en un saliente y allí se pudrió, de pie.
 se supone que murió. La verdad es que nadie tuvo motivos   Otro caso de inhumación prematura, ocurrido en Fran-

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