Page 148 - Narraciones extraordinarias
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hiciera u a idea_ el escarabajo, dibujé un tosco croquis. calavera hubiera estado allí, la habría visto de todas mane
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Recordara tambien que me molestó mucho su insistencia ras. Existía, pues, un misterio que resolver. Entonces, me
en afirmar que mi dibujo parecía una calavera. Como me levanté, guardé el pergamino, y concentré todas las ener
irritó mucho su burla, pues yo me consideraba un buen gías de mi cerebro y de mi voluntad para avocadas, cuan
artista, me dispuse a arrojar al fuego el trozo de pergami do estuviera solo, en el estudio de aquel enigma que de
no. seaba aclarar.
-Se refiere usted al trozo de papel -dije. En cuanto se marchó usted, y Júpiter estuvo profunda
-No; aquello tenía el aspecto de papel, y al principio mente dormido, me dediqué a un examen más metódico
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yo t mbien ere que lo era; pero, cuando quise dibujar so de la cuestión. En primer lugar, quise comprender de qué
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bre el,_ d scubn enseguida que era un trozo de pergamino modo aquel pergamino estaba en mi poder. Habíamos en
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muy lleJ y bastante sucio; cuando me disponía a arrugar contrado el escarabajo en la costa del continente, a una
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lo, illlS OJOS se fijaron en el esbozo que usted había exami milla al este de la isla, cerca del nivel de la marea alta.
na o, Y se podrá imaginar mi asombro al percibir realmente Cuando lo quise tomar me mordió fuertemente, por lo que
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la figur d una c lavera en el sitio mismo donde yo creía lo arrojé al suelo. Júpiter, con su acostumbrada prudencia,
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haber dibujar el msecto. Permanecí atónito por algunos buscó alrededor algo con qué tomarlo, cuando sus ojos tro
segundos, y luego, cuando pude pensar con más tranquili pezaron con un trozo de pergamino semienterrado en la
dad, noté que existía cierta similitud en el contorno de los arena. Cerca del mismo lugar, vi los restos del casco de un
dibujos. gran barco náufrago, que ya había visto otras veces, así
Co la luz de una vela procedí a examinar el dibujo que suponía se encontraba hace muchos años en ese lugar.
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mas cu!dadosamente. A_I darlo vuelta, vi el bosquejo que Júpiter recogió, pues, el pergamino, envolvió en él al
yo habia trazado con mi propio lápiz, y sorprendido noté insecto y me lo entregó. Luego retomamos el camino a
que por una singular coincidencia los contornos de ambos casa y encontramos al teniente G., quien, al enseñarle el
dibujos se ajustab n a la perfección. Traté de comprender insecto, me rogó que se lo prestase para llevarlo al fuerte.
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lo que habia sucedido: Comencé a recordar de una manera Accedí a su petición, y como él no tuvo problemas para
cl ra Y positiva_ que o había ningún dibujo sobre el perga tomar al escarabajo directamente con sus manos, sin dar
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mmo cuando hice m1 esbozo del escarabajo. Tuve la abso me cuente debí haber guardado el pergamino en mi bolsi
luta certeza de ello, pues me acordé de haberle dado vuel llo.
tas a un lado y a otro buscando el sitio más limpio ... Si la Recordará usted que cuando pretendí hacerle el dibu-
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