Page 43 - Hamlet
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mientras esta máquina exista. Hamlet. Mi hija, en fuerza de su obediencia, me ha hecho ver
                  esta carta, y además me ha contado las solicitudes del Príncipe; según han ocurrido, con
                  todas las circunstancias del tiempo, el lugar y el modo.

                       CLAUDIO.- ¿Y ella cómo ha recibido su amor?

                       POLONIO.- ¿En qué opinión me tenéis?

                       CLAUDIO.- En la de un hombre honrado y veraz.

                       POLONIO.- Y me complazco en probaros que lo soy. Pero, ¿qué hubierais pensado de
                  mí, si cuando he visto que tomaba vuelo este ardiente amor...? Porque os puedo asegurar
                  que aun antes que mi hija me hablase, ya lo había yo advertido... ¿Qué hubiera pensado de
                  mí vuestra Majestad y la Reina que está presente, si hubiera tolerado este galanteo? ¿Si,
                  haciéndome violencia a mí propio, hubiera permanecido silencioso y mudo, mirándolo con
                  indiferencia? ¿Qué hubierais pensado de mí? No, señor; yo he ido en derechura al asunto, y
                  le dije a la niña ni más ni menos. Hija, el señor Hamlet es un Príncipe muy superior a tu
                  esfera... Esto no debe pasar adelante. Y después, le mandé que se encerrase en su estancia
                  sin admitir recados, ni recibir presentes. Ella ha sabido aprovecharse de mis preceptos, y el
                  Príncipe... (para abreviar la historia) al verse desdeñado, comenzó a padecer melancolías,
                  después inapetencia, después vigilias, después debilidad, después aturdimiento y después
                  (por una graduación natural) la locura que le saca fuera de sí, y que todos nosotros
                  lloramos.

                       CLAUDIO.- ¿Creéis, señora, que esto haya pasado así?

                       GERTRUDIS.- Me parece bastante probable.

                       POLONIO.- ¿Ha sucedido alguna vez..., tendría gusto de saberlo...? ¿Que yo haya dicho
                  positivamente: esto hay, y que haya resultado lo contrario?

                       CLAUDIO.- No se me acuerda.

                       POLONIO.- Pues, separadme ésta de éste, si otra cosa hubiere en el asunto... ¡Ah! Por
                  poco que las circunstancias me ayuden, yo descubriré la verdad donde quiera que se oculte;
                  aunque el centro de la tierra la sepultara.

                       CLAUDIO.- ¿Y cómo te parece que pudiéramos hacer nuevas indagaciones?

                       POLONIO.- Bien sabéis que el Príncipe suele pasearse algunas veces por esa galería
                  cuatro horas enteras.

                       GERTRUDIS.- Es verdad, así suele hacerlo.

                       POLONIO.- Pues, cuando él venga, yo haré que mi hija le salga al paso. Vos y yo nos
                  ocultaremos detrás de los tapices, para observar lo que hace al verla. Si él no la ama y no es
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