Page 219 - Hamlet
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GUILLERMO.- ¿Qué cosa, señor?
HAMLET.- Una cosa, que no vale nada..., pero; guarda, Pablo... Vamos a verle.
Escena IV
CLAUDIO solo
Salón de Palacio.
CLAUDIO.- Le he enviado a llamar y he mandado buscar el cadáver. ¡Qué peligroso es
dejar en libertad a este mancebo! Pero no es posible tampoco ejercer sobre él la severidad
de las leyes. Está muy querido de la fanática multitud, cuyos afectos se determinan por los
ojos, no por la razón, y que en tales casos considera el castigo del delincuente, y no el
delito. Conviene, para mantener la tranquilidad, que esta repentina ausencia de Hamlet
aparezca como cosa muy de antemano meditada y resuelta. Los males desesperados, o son
incurables, o se alivian con desesperados remedios.
Escena V
CLAUDIO, RICARDO