Page 120 - Hamlet
P. 120
HAMLET.- ¿Juzgas tú, que no estoy en obligación de proseguir lo que falta? Él, que
asesinó a mi padre y mi Rey, que ha deshonrado a mi madre, que se ha introducido
furtivamente entre el solio, y mis derechos justos, que ha conspirado contra mi vida,
valiéndose de medios tan aleves... ¿No será justicia rectísima castigarle con esta mano? No
será culpa en mí tolerar que ese monstruo exista, para cometer como hasta aquí, maldades
atroces?
HORACIO.- Presto le avisarán de Inglaterra cual ha sido el éxito de su solicitud.
HAMLET.- Sí, presto lo sabrá; pero entretanto el tiempo es mío y para quitar a un
hombre la vida, un instante basta... Sólo me disgusta, amigo Horacio, el lance ocurrido con
Laertes, en que olvidado de mí propio, no vi en mi sentimiento la imagen y semejanza del
suyo. Procuraré su amistad, sí... Pero, ciertamente, aquel tono amenazador que daba a sus
quejas irritó en exceso mi cólera.
HORACIO.- Callad... ¿Quién viene aquí?
Escena V
HAMLET, HORACIO, ENRIQUE
ENRIQUE.- En hora feliz haya regresado vuestra Alteza a Dinamarca.
HAMLET.- Muchas gracias, caballero... ¿Conoces a este moscón?
HORACIO.- No señor.
HAMLET.- Nada se te dé, que el conocerle es por cierto poco agradable. Este es señor
de muchas tierras y muy fértiles, y por más que él sea un bestia que manda en otros tan
bestias como él; ya se sabe, tiene su pesebre fijo en la mesa del Rey... Es la corneja más
charlera que en mi vida he visto; pero como te he dicho ya, posee una gran porción de
polvo.
ENRIQUE.- Amable Príncipe, si vuestra grandeza no tiene ocupación que se lo estorbe,
yo le comunicaría una cosa de parte del Rey.