Page 96 - Romeo y Julieta
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ROMBO Y JUl.fül'A


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                   le ha e mentir. Fueron más de veinte las espadas que se des­  del sol. Que el látigo de Faetón, el auriga, os haga galopar
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                   enva aro para matar a mi sobrino. Pido justicia, Príncipe,    hacia el poniente para que llegue pronto la oscura noche
                   la exiJo. Si Romeo mató a Teobaldo, Romeo debe morir.
                                                                                 y tú, oh noche, extiende tu manto protector. Acaba con la
                                                                                 vigilia de los ojos para que Romeo pueda llegar hasta mis
                   Príncipe: Romeo le mató, pero Teobaldo mató a Mercucio.
                   ¿Quién pagará la noble sangre de éste?                        brazos sin ser visto. El amor es ciego y gusta de las sombras
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                   Montes o:  Romeo no.  Romeo era amigo de Mercucio y           de la noche, cuya velada claridad basta a los amantes para
                  lo que hizo fue anticiparse a la ley. Teobaldo habría sido     sus citas. ¡Ven, oh noche deseada, dama de negra túnica, y
                  condenado a muerte.                                            enséñame a perder en el dulce juego del amor una partida ya
                                                                                 ganada! Cubre con tu manto enlutado la sangre irreprimible
                  Príncipe: En castigo, yo destierro a Romeo. Vuestras almas
                                                                                 que arde en mis mejillas hasta que el inexperto  amor, ya
                  están cegadas por el odio y en vuestras crueles riñas habéis
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                  der amado sangr de los míos.  Pero yo os impondré un           más audaz, acepte el deseo en toda su pureza. ¡Oh noche,
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                  castigo que os hara llorar la muerte de mi deudo. Seré inac­   ven! ¡Ven, Romeo! ¡Tú que eres la luz de esta noche y que
                                                                                 lucirás más blanco que la nieve recién caída en las alas del
                  cesible a los ruegos y a las explicaciones. Ni los unos ni las
                                                                                 cuervo! ¡Ven, oh dulce noche, amorosa noche de sombrío
                  otras me harán perdonar lo ocurrido, así es que no perdáis
                                                                                 ceño! ¡Tráeme a mi Romeo! Y cuando él muera, deshaz su
                  palabras.  Que Romeo salga de inmediato al destierro O le
                                                                                 cuerpo en mil estrellitas que adornen tu manto, de modo
                  ejecutarán si le encuentran. Y ahora, levantad este cadáver
                                                                                 que todos se enamoren de ti y olviden al sol deslumbrador.
                  Y cumplid mi mandato.  Si fuera clemente con el asesino
                  me haría cómplice de su crimen.                               Ya he adquirido la mansión de mi amor, pero todavía no
                  (Salen todos).                                                 la habito.  La poseo, pero él aún no me  posee.  ¡Oh,  qué
                                                                                 día tan largo! Tan largo como la víspera de una fiesta para
                                                                                 el niño que va a estrenar en ella un traje nuevo. ¡Ah, pero
                                     ESCENA II                                   aquí viene mi nodriza! (Entra la Nodriza con una escala de

                                Jardín en casa de Capuleto                      cuerdas). Traerá noticias de Romeo. En cuanto pronuncia
                                                                                 su nombre, se le suelta la lengua.  Nodriza,  ¿qué noticias
                 (Entra  ]ulieta).                                               traes? ¿ Y esas cuerdas, qué son? ¿Es la escala que Romeo te
                                                                                pidió que trajeras?
                 Julieta:  Corred,  corred,  alados corceles hacia la morada


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