Page 48 - Romeo y Julieta
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WILLTAM SHAKF:SPEARE                                                             ROMEO Y JULIETA


               Mercucio: Nada de eso, Romeo; queremos que bailes.                  Condestable.  Si insistes en tus pesadumbres, te sacaremos
               Romeo:  No, por favor.  Vosotros lleváis zapatos de baile          de esa caldera del amor en que te consumes.  ¡Vamos, que
               de suelas livianas. Y yo tengo el ánimo tan pesado que no          pronto estaremos iluminando el amanecer!
               puedo alzarme del suelo.                                           Romeo: No, no es posible.
               Mercucio: ¡Es el amor! Pídele a Cupido sus alas y alza el          Mercucio: Lo que quiero decir es que estamos consumiendo
               vuelo.                                                             tontamente nuestras luces, como antorchas en pleno día.
               Romeo: Sus flechas me han herido de tal modo que ni sus             Comprende, Romeo, la buena intención que me anima.
               alas me permiten elevarme. Tan herido estoy que no puedo           Romeo: Tu buena intención es que participemos en este
               cruzar el umbral de mi tristeza. El peso del amor me aplasta.      baile de máscaras. ¿Pero tiene eso sentido?
               Mercucio: No has debido cargar al amor con tanto peso;             Mercucio: ¿Por qué me lo preguntas?
               el amor es muy delicado.                                            Romeo: Porque anoche tuve un sueño.
               Romeo: ¿Delicado el amor? No: es duro y áspero y agresivo;         Mercucio: Y yo también.
               es punzante como el espino.                                         Romeo: Sí, ¿y qué soñaste?

              Mercucio: Si el amor es duro contigo, sé tú duro con él. Si          Mercucio: Que los sueños son engañadores.
              te punza, púnzale tú; verás cómo se  da por vencido. ¡Pasad­
              me un antifaz para ocultar mi rostro! (Se enmascara).  ¡Una          Romeo: Cuando el que sueña cree que su sueño es realidad.
              máscara sobre otra máscara! ¿Qué importa ahora que ojos              Mercucio: Veo que tuviste visita de la reina Mab.
              intrusos vean mis defectos?  ¡Mi antifaz enrojecerá por mí!          Benvolio: ¿De la reina Mab? ¿Pero de qué hablas?
              Benvolio: Vamos. Llamemos a la puerta y entremos. Una                Mercucio:
              vez dentro, que cada uno baile como pueda.                               Es la partera de los sueños de quien llega,

              Romeo:  ¡Dadme una antorcha!  ¡Que los menos animosos                    tan pequeña como el ágata
              emprendan la fuga! Yo, siguiendo el lema de mi abuelo, seré              que brilla en el índice de un regidor.
              solo quien lleve la luz en esta empresa. Y si las cosas van
              mal, abandonaré la partida.                                              Su carroza va arrastrada por un tronco de caballos leves

              Mercucio: De noche codos los gatos son pardos, decía el                                                         como nubes,



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