Page 105 - Romeo y Julieta
P. 105
\VJLLl,\M Sl-lAKESPFARE
... ...... . ... . . . .. .. ... . . . . .. ROMEO Y JlJLIETA
, .
· · · · · ·• .. ... ..... ............ .. ... ..... . .. ... . .
� llorando. ¡Levantaos! ¡Levantaos si sois hombre! Hacedlo
los abellos al hablar y os arrojaríais al suelo como yo para
pedir vuestra tumba.
por ella. Levantaos, y no os dejéis vencer en esa forma.
(Golpean a la puerta).
Romeo: ¿Eres tú ... , nodriza?
� Nodriza: Sí, mi señor. Sólo la muerte lo acaba todo.
Fra Lorenzo: ¡Están golpeando! ¡Levántate, Romeo!
¡Ocultare!
Romeo: ¿Nombraste a Julieta? ¿Cómo está? ¿No me llama
asesino por haber manchado la infancia de nuestra dicha
Romeo: No, no me ocultaré. La nube de mis doloridos
con la sangre de su pariente? ¿Dónde está? ¿Qué piensa?
suspiros me ocultará de las miradas de quienes vienen.
(Se o yen nuevos golpes).
¿Qué dice mi amada esposa de nuestra desventura?
� Nodriza: No dice nada, señor. Lo único que hace es llorar. Y
Fra Lorenzo: ¿Oyes? ¡Qué manera de golpear! ¿Quién va ... ?
� a veces se arroja al lecho, otras se levanta y grita: "¡Teobaldo!,
Lev ntate, Romeo. Van a prenderte ... ¡Voy, voy! ¡Levántate!
� �
�
( as g o es) ¡Esc ndete en mi biblioteca! ¡Voy, ya voy! Dios ¡Romeo!", y vuelve a arrojarse al lecho.
.'
Romeo: Como si ese nombre disparado por un arcabuz
m10, que ms1stenc1a. ¡Un momento, un momento! (C ontinúan
la matara, tal como la infame mano de Romeo mató a su
llamand o). ¿Quién golpea así? ¿Quién sois? ¿Qué deseáis?
� : primo. ¡Ay, decidme, padre! ¿en qué parte de mi cuerpo
Nod iza (Tras la puerta). Dejadme entrar. 11-aigo un recado
de m1 senora Julieta.
está mi nombre? ¡Decídmelo, porque quiero expulsarlo de
su odiosa morada!
Fray Lorenzo: Bienvenida seas.
(Entra la N odriz. (Saca su daga.
,
Nodriza: Santo fraile, decidme, reverendo hermano, ¿dónde Fray Lorenzo: ¡Detén esa mano homicida! ¿Acaso no eres
esta e 1 esposo de mi señora? ¿Dónde está Romeo? hombre? Tu aspecto dice que sí, pero tu llanto es de mujer.
Tus actos sin control parecen los de un animal enfurecido.
Fray Lorenzo: Mírale ahí en el suelo, apacentándose de
sus lágrimas. ¡Me horrorizas, hombre con mezcla de mujer y fiera! ¡Te juro
por mis sagrados hábitos que te creí de voluntad más firme!
Nodriza: ¡Igual está mi señora! ¡Exactamente igual!
Mataste a Teobaldo; y ahora quieres matarte a ti mismo y
Fray Lorenzo: Funesto parecido. ¡Cruel amor!
a tu esposa, que vive para ti. Dime ¿por qué maldices tu
estirpe, y al cielo y a la tierra, si todos están en ti? Al matarte
Nodriza: Igual que él: llorando y gimiendo, gimiendo y
104
j 105