Page 55 - Trece Casos Misteriosos
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El caso del zafiro de doña Sara

                    (Idea original de Elvira Balcells)






           Érase una vez una vieja muy sola y que tenía por
           única alegría vivir de sus recuerdos. Todas las
           noches, antes de acostarse, abría la antigua arca
           de madera tallada para contemplar los vestidos
           que usó en su época de gloriosa juventud, en
           compañía de su marido ya muerto.
             Muchas veces, frente al espejo, con la túnica de
           seda india sobrepuesta sobre su empequeñecida
           figura, se imaginaba nuevamente a punto de salir a
           uno de esos saraos organizados por sus excéntricos
           amigos.  ¡Qué diferencia, la de esa vida mundana
           que la hacía llevar su esposo, con la solitaria vejez
           del presente! Entonces, la triste anciana, en vez
           de buscar el consuelo de un amigo -pues ya no
           le quedaban- se aferraba una vez más a una
           vanidad: su cajita de oro, símbolo para ella de
           un antiguo esplendor. Así, todas las mañanas, lo
          primero que hacía era coger del velador su dorado
           objeto y hablarle como si este tuviera vida.
             Ese martes, doña Sara amaneció con un pequeño
           malestar en el pecho.



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