Page 54 - Trece Casos Misteriosos
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El caso del zafiro de doña Sara
(Idea original de Elvira Balcells)
Érase una vez una vieja muy sola y que tenía por
única alegría vivir de sus recuerdos. Todas las
noches, antes de acostarse, abría la antigua arca
de madera tallada para contemplar los vestidos
que usó en su época de gloriosa juventud, en
compañía de su marido ya muerto.
Muchas veces, frente al espejo, con la túnica de
seda india sobrepuesta sobre su empequeñecida
figura, se imaginaba nuevamente a punto de salir a
uno de esos saraos organizados por sus excéntricos
amigos. ¡Qué diferencia, la de esa vida mundana
que la hacía llevar su esposo, con la solitaria vejez
del presente! Entonces, la triste anciana, en vez
de buscar el consuelo de un amigo -pues ya no
le quedaban- se aferraba una vez más a una
vanidad: su cajita de oro, símbolo para ella de
un antiguo esplendor. Así, todas las mañanas, lo
primero que hacía era coger del velador su dorado
objeto y hablarle como si este tuviera vida.
Ese martes, doña Sara amaneció con un pequeño
malestar en el pecho.
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