Page 136 - Trece Casos Misteriosos
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-Era valiosa, por cierto, inspector; pero el valor -Sí, siempre dejo una nota a Norma cuando
más grande que tenía para mí era otro -dijo Car salgo temprano en la mañana.
los, que apretaba las mandíbulas para contener su El inspector se acercó al escritorio y leyó: "Nor
impotencia. ma: puede irse en cuanto termine. Hoy no vendré
---Qsiera interrogar a sus empleados por sepa a almorzar".
rado -dijo el inspector Soto, acariciando en forma -¿Se fijó si la pagoda estaba en su sitio de
maquinal el lóbulo de una de sus grandes orejas. costumbre? -volvió a interrogar el inspector a la
Olavarría pulsó un timbre bajo su escritorio y mucama.
a los pocos minutos apareció Norma, la mucama. Ella guardó un instante de silencio y contestó
Blanca como su delantal, se quedó de pie en el um luego, dubitativa:
bral, mirando al policía con ojos de pánico. -En realidad, me pareció que todo estaba igual
-Norma, adelante. Siéntese, por favor. El que siempre, porque si la casita esa hubiera faltado,
inspector le hará algunas preguntas -le dijo, yo me habría dado cuenta, creo.
indicándole una silla. -¿Con quién habló luego de salir del escrito
Norma avanzó dos pasos, vacilante, y se sentó
en el borde del sillón. rio?-preguntó Soto, rápido.
-Con nadie más, señor. Ya eran casi las doce y
El inspector la tranquilizó con un gesto y le ha
bló con voz calmada: había terminado con el aseo, así es que aproveché
-Solo quiero saber lo que hizo usted ayer, des para ir a cobrar el desahucio de mi marido-Nor
de que llegó en la mañana, hasta que abandonó ma miró a don Carlos como pidiendo aprobación.
la casa. Olavarría hizo un gesto de asentimiento. El ins
-Bueno, lo de costumbre. Por la mañana me pector insistió:
quedé en el segundo piso haciendo el aseo del dor -¿ Y no conversó con nadie más en la casa antes
mitorio y del baño, ordené y bueno, lo que hago de irse?
todas las mañanas. -Ni siquiera me pude despedir: José andaba
-¿Entró en el escritorio? -interrumpió Soto. en la carnicería y con el jardinero nunca me meto
-Solamente a dejar el diario -la mujer miró porque ... , perdóneme la expresión, don Carlos
temerosa a su patrón-, a ver si había algún -añadió un poco colorada-, ese hombre es un
recado para mí en su libreta :_agregó, indicando ordinario.
la agenda sobre el escritorio. Soto miró al dueño Don Carlos carraspeó y Soto dijo en tono
de casa y este corroboró: amable:
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