Page 52 - Quique Hache Detective
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que sin vestirse, con la ropa de arquero, salió                   justamente Cacho Ramírez. Antes que el fút­
            del estadio, subió a un taxi y desapareció.                       bol prefería otras cosas, por ejemplo manejar
                   Conversamos  de  otros  detalles  con  el                  autos,  eso me dijo, ¿puede creerlo?
            entrenador,  mientras  por  mi cabeza  pasaban                           -¿Manejar autos?
            las ideas. Cada vez parecía más complicado el                            -Era lo único que sabíamos de él, que
            trabajo de detective. No era como los detecti­                    fue  chofer  de  micros  y  camiones  antes  de
            ves de la televisión donde todo se resuelve en                   convertirse en arquero.  Fue lo único que su­
            la  hora  que  dura  la  serie.  No  tenía  ninguna              pimos de él en tres años.
            pista segura. Pensé en el mar azul de Concón,
            en los primos jugando baby fútbol en  la are­
            na, en todos los amigos de mi papá que inva­
            dían la casa de la playa para comer y conversar
            de política o de fútbol,  del  Chino  Ríos o  de
            Pinochet,  siempre  riéndose,  como  si  la  vida
            fuera una gran broma.  Supongo que llegar a
            adulto es un poco eso, reírse de todo.
                   -Usted  es  muy  joven  para  detective

            privado  -me  dijo  Gavilán  y  con  mirada  de
            técnico  agregó-:  ¿No  le  han  dado  ganas  de
            probarse  en  algún  club  de  fútbol?  Al  ojo  le
            calculo que tiene pinta de número siete, pie­
            za clave por la rapidez y la astucia.
                   -Como le dije, no soy bueno y no me
            gusta mucho el fútbol -respondí.
                   -No conozco  a nadie  que no le guste
            el fútbol.  Usted es el segundo que me viene
            con semejante barbaridad,  porque el prime­
            ro afirmaba que el fútbol le aburría.  Ése fue


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