Page 54 - Quique Hache Detective
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con  la  misma  voz  de la  Gertru,  incluso  creí
                                                                               que se trataba de una doble que me vigilaba y
                                                                               me prohibía comer papas fritas con ketchup.
                                                                                      -Para  mí  las  papas  fritas son  contun­
                                                                               dentes -respondí.
                                    10                                                -Pero no te alimentan y se nota que tú
                                                                               estás  en  crecimiento.  ¿Qué  te  parece  mejor
                                                                               un plato de arroz con un bistec? Es el plato de

                    Volví  al  descampado  de  las  indus­                     colación, con ensalada de  tomates,  un  postre
             trias Bayer. Recorrí de regreso toda la calle Ira­                de gelatina y hasta un tecito reponedor al fi­
             su  hasta  la  placita  de  Alférez  Mayor.  No                   nal; todo por mil pesos.
             encontré a Charo ni a su grupo,  habían desa­                            Lo pensé. Supongo que otra caracterís­
             parecido  como  si  nunca  hubieran  existido.                    tica  de  los  adultos,  además  de  su  risa,  es  su
             Nadie sabía de ellos en el barrio.  Caminé has­                  obsesión por la comida. No los entiendo: co­
             ta que sentí hambre. Pasadas las tres de la tar­                  men pésimo, engordan descomunalmente, se
             de y como no  aguantaba sin comer,  estiré un                     les  cae el pelo,  y lo único  en que parecen in­
             billete de mil pesos  que  me  regaló la  Gertru                 teresados es  en  que  los demás coman equili­
             antes de salir por la mañana.  Pensé enseguida                   bradamente.
             en papas fritas  con ketchup.  Pero  inmediata­                          Como  la  mesera  me  miraba  con  ojos
             mente vi la cara de la Gertru regañándome si                     de lástima,  de madre sin hijos,  sólo por qui­
              gastaba los mil pesos en papas fritas con ket­                  tarle la sonrisita tierna que tenía,  le pedí:
              chup. En la calle Antenao encontré un restau­                           -Un plato de papas fritas con ketchup.
              rante con un letrero arriba que decía: «El Pollo                        Se enojó, se dio vuelta sin decir nada y
              Pechuga». Me senté en una de las mesas y una                    desapareció en la puerta que daba a la cocina.
              mujer  me  atendió  amablemente.  Pedí  una                             Después de almorzar me fui a sentar a
              porción grande de papas fritas con ketchup.                     la placita del Alférez, que parecía el lugar más
                     -¿Estás seguro de que no quieres para al­                central de Santa Familia, allí llegaban los co­
              morzar algo más contundente? -dijo la mesera,                   lectivos y la gente daba vueltas.


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