Page 42 - Quique Hache Detective
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,f                 Miércoles








                                                                                                      8




                                                                                     D     esperté  tarde.  La emoción del día

                                                                              anterior me dejó entre las sábanas hasta el me­
                                                                              diodía. Dicen que hay gente que dentro de una
                                                                              cama se han quebrado una pierna, se enredan
                                                                              en las sábanas mientras duermen y despiertan
                                                                              cojos. Yo, en cambio, me desperté feliz, con un
                                                                              nombre en los labios:  Charo.  Me duché y me
                                                                              vestí. Cuando salí al comedor para organizar el
                                                                              día, Gertrudis me esperaba con un plato de ce­
                                                                              real y leche, además con una sonrisa de bicicle­
                                                                              ta de media pista. Algún día tendré tiempo y
                                                                              ganas para explicar en qué consisten esas sonri­
                                                                              sas y miradas. A mí  los cereales con  leche  no
                                                                              me gustan, es una moda copiada de las pelícu­
                                                                              las,  cuando aparece una familia  gringa por  la
                                                                              mañana al desayuno, todos muy apurados, co­
                                                                              miendo de pie en la cocina cereales, café, jugos
                                                                              de fruta y tostadas. A alguien se le ocurrió que
                                                                              ahora  también  nosotros teníamos  que  comer
                                                                              cereales y decir «costadas» y no «pan tostado».
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