Page 39 - Quique Hache Detective
P. 39
en mi cabeza, cuando se acercó una niña co con pasos lentos y demorados para llegar jus
mo de diecisiete o dieciocho años con b l ue to a tiempo.
jeans, el pelo corto, unos ojos claritos que da Era un cuadrado grande, vacío, un pela
ba gusto mirar, y una polera negra de Iron dero de escombros y basuras, rodeado de pare
Maiden. Me enamoré enseguida, antes de des de cemento. Digamos que no era un paisaje
que ella dijera una palabra. La niña me mira campestre. Olía pésimo y comenzaba a oscure
ba con ojos de tren, que alguna vez explicaré cer. Pensé que podía haber sido todo una bro
en qué consiste como mirada. Su cara era ma; allí no había nada. Hasta que, por entre los
dulce, parecida a Santa Teresa de Los Andes, cerros de escombros, empezaron a aparecer jó
pero no a la santa precisamente, sino a la ac venes. No tenían caras amistosas. Conté doce
triz que la representó para la televisión. Se entre hombres y mujeres. Al final apareció la
acercó donde yo esperaba el colectivo y dijo: niña de la plaza, de la cual estaba enamorado
-¿Andas buscando a Cacho Ramírez? hacía diez minutos sin que ella lo supiera.
-Sí -respondí sorprendido. Uno de los aparecidos, el más grande,
-En este barrio las noticias se saben rá- un gordo de pelo largo, me mostró los dien
pidamente -me contestó sonriendo. Una tes y dijo:
.
.
sonnsa prec10sa. -Si buscas a Cacho Ramírez mejor se
La tarde calurosa estaba terminando y rá que lo olvides, lo tenemos secuestrado.
una brisa suavecita y fresca renovaba el ambiente. Me atoré antes de hablar, tratando de
-¿Sabes dónde puedo encontrar a Ra que no se notara lo nervioso que estaba:
mírez? -dije con una mirada de rana vieja. -¿Se podría saber quién lo tiene se
-Te espero en el descampado de la in cuestrado? -pregunté.
dustria Bayer, en diez minutos. El gordo quedó anulado con la pregun
Se apartó con rapidez, como si ambos ta, no la esperaba o su comprensión era lenta.
fuéramos espías y nos vigilaran, y se perdió -Nosotros -se atrevió a responder des
por el final de Irasu. pués de un rato de dudas.
Pregunté en un kiosco de revistas por Entonces llegó en su auxilio la niña de
el descampado. Como estaba cerca, caminé la plaza.
38 39