Page 135 - Quique Hache Detective
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Charo presionó al  arquero durante se­  de  sueño  sobre  la mesa.  Gertru  se  atrevió y
 manas hasta que por fin éste se decidió a con­  dijo:
 tar la verdad del accidente ante las autoridades.   -¿Qué esperamos? Estamos cerca de La
 Pero justamente  antes  de  que esto  ocurriera,   Reina y con ganas de conocer a la tía Solícita.
 Cacho  desapareció  misteriosamente.  Charo
 sospechaba  de  Rosaura  Gallardo.  De  alguna
 manera se habría enterado de las intenciones
 de  Cacho y no le convenía que se divulgaran
 las irregularidades en la investigación del acci­
 dente. La señora Gallardo llevaba una exitosa
 gestión a la cabeza de lntermar, había logrado
 importantes avances comerciales y  un escán­
 dalo en esos momentos no era bueno para el
 negocio.
 Charo tampoco sabía dónde se encon­
 traba el arquero.  La única pista era un fami­
 liar,  el único que le conocía.  En una ocasión
 había  acompañado  a  Cacho  a  visitar  a  una
 tía, la tía Solícita, que vivía en La Reina Alta,
 en una casa vieja, rodeada de gatos.
 Charo  terminó  de  hablar.  Amaneció
 completamente y  la  luz  iluminó  con colores
 el comienzo del día.
 Los  cuatro,  sentados  alrededor  de  la
 mesita de plástico en el Esso Market, tratába­
 mos  de entender  la  historia  que  acabábamos
 de escuchar.  Ninguno se atrevió a decir nada.
 Mi taza de café estaba fría. León parecía cabecear


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