Page 134 - Quique Hache Detective
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Charo presionó al  arquero durante se­                    de  sueño  sobre  la mesa.  Gertru  se  atrevió y
              manas hasta que por fin éste se decidió a con­                   dijo:
              tar la verdad del accidente ante las autoridades.                       -¿Qué esperamos? Estamos cerca de La
              Pero justamente  antes  de  que esto  ocurriera,                 Reina y con ganas de conocer a la tía Solícita.
              Cacho  desapareció  misteriosamente.  Charo
              sospechaba  de  Rosaura  Gallardo.  De  alguna
              manera se habría enterado de las intenciones
              de  Cacho y no le convenía que se divulgaran
              las irregularidades en la investigación del acci­
              dente. La señora Gallardo llevaba una exitosa
              gestión a la cabeza de lntermar, había logrado
              importantes avances comerciales y  un escán­
              dalo en esos momentos no era bueno para el
              negocio.
                     Charo tampoco sabía dónde se encon­
              traba el arquero.  La única pista era un fami­
              liar,  el único que le conocía.  En una ocasión
              había  acompañado  a  Cacho  a  visitar  a  una
              tía, la tía Solícita, que vivía en La Reina Alta,
              en una casa vieja, rodeada de gatos.
                     Charo  terminó  de  hablar.  Amaneció
              completamente y  la  luz  iluminó  con colores
              el comienzo del día.
                     Los  cuatro,  sentados  alrededor  de  la
              mesita de plástico en el Esso Market, tratába­
              mos  de entender  la  historia  que  acabábamos
              de escuchar.  Ninguno se atrevió a decir nada.
              Mi taza de café estaba fría. León parecía cabecear


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