Page 127 - Quique Hache Detective
P. 127

nos  encerraban  en  el  camión.  Esperó,  luego   -dijo tratando de que su voz sonara con sufi­
 saltó el muro y escapó con nosotros arriba de   ciente  autoridad  y  energía.  Estaba  enojada,
 ese camión.   eso  se  notaba,  siempre  que  me  llamaba  por
 Más  allá  de  la  calle  donde  estábamos   mi  nombre  y  apellido  había  que  creerle  su
 estacionados, se veía avenida Américo Vespu­  enojo.  No me hablaría en algunas horas, eso
 cio, uno de los límites de salida de Santa Fa­  también  era seguro.  Aunque lo pensé,  no le
 milia.  Algunos  automóviles  circulaban  a  esa   dije  que ella era tan culpable  como yo.  Los
 hora por el lugar.  Por un  momento me  pre­  dos  nos  habíamos  matriculado  en  ese  curso
 gunté seriamente qué  hacía allí,  por  qué ex­  por correspondencia. Tampoco le recordé que
 traña  razón  no  estaba  de  vacaciones  en   había  perdido  inútilmente  cinco  mil  pesos
 Concón. Y lo más importante: cómo iba a ex­  con una bruja. En cambio le dije:
 plicarle a la Gertru todo lo ocurrido.  No tu­  -Gertru, te presento a Charo.
 ve necesidad de hacerlo.  Escuchamos cerrarse   Ambas  se  saludaron.  León  seguía  gi­
 otra de las puertas de la cabina del camión de   rando  alrededor  nuestro,  entusiasmado  con
 Intermar.  Gertrudis  Astudillo  apareció  ante   su hazaña que, al parecer, no se le olvidaría en
 nosotros con una cara de ascensor,  que algu­  mucho tiempo.
 na vez explicaré.   -Es tarde -dijo la Gertru con una voz
 León  consideró  adecuado  decir  algo   de  muerta-,  es hora de que  todos nos  vaya­
 con respecto a Gertrudis:   mos a acostar y a dormir.
 -Llamó por teléfono al Hogar y me di­  Charo la detuvo:
 jo que estaba preocupada por ti,  Quique, así   -En unas horas más comenzará la final
 que nos pusimos de acuerdo para ir juntos a   de  Ferro  Quilín.  Tenemos  que  encontrar  a
 buscarte a las bodegas de Intermar.   Cacho y llevarlo al estadio.
 La  Gertru  permaneció  inconmovible,   Gertrudis movió la cabeza.
 con las manos en la cintura. Vestía un jean ajus­  -A mí me parece que ustedes tres han
 tado que sólo usaba en momentos especiales y   hecho demasiado por esta semana. Antes que
 llevaba amarrado un cintillo rosado en el pelo.   nada,  alguien tiene que dar una buena expli­
 -Estás  en  problemas,  Quique  Hache  cación de lo que está ocurriendo aquí.



 126                             127
   122   123   124   125   126   127   128   129   130   131   132