Page 124 - Quique Hache Detective
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Sábado
23
Eran cerca de las cuatro de la madru
gada cuando huimos en ese camión de enco
miendas de Intermar. Me sentía feliz y
aliviado por haber escapado. Charo y yo nos
reíamos con ganas a pesar de que seguíamos
amarrados en el interior de la carrocería. La
felicidad se me amargó un poco cuando me
acordé de la Gertru, probablemente desespe
rada a esa hora, esperándome en la casa, llo
rando en el hombro del sargento Suazo,
sintiéndose culpable de que yo no estuviera en
Correón con los primos ... etcétera y etcétera.
León detuvo el camión y gritó hacia
atrás que enseguida nos liberaría. Abrió la
puerta metálica y del otro lado encontramos
un pedazo de luz que caía debajo de un poste
en la calle. Nos desató. Se reía con su cara re
donda y rosada. Nos contó cómo llegó a la
bodega después de mi llamada telefónica por
la tarde. De cómo subió el cerco y vio cuando