Page 81 - Crónicas de Narnia I - Junio 5to Básico
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XIV  EL TRIUNFO DE LA BRUJA



                  En cuanto la Bruja se alejó, Aslan dijo:
                        —Debemos dejar este lugar de inmediato porque será ocupado en otros
                  asuntos. Esta noche tendremos que acampar en los Vados de Beruna.
                        Por supuesto todos se morían por preguntarle cómo había arreglado las
                  cosas con la Bruja; pero el rostro de Aslan se veía muy severo y en todos los
                  oídos aún resonaba su rugido, de manera que nadie se atrevió a preguntar nada.
                        Después de un almuerzo al aire libre, en la cumbre de la colina (el sol era
                  ya muy fuerte y secaba el pasto), bajaron la bandera y se preocuparon de
                  empacar sus cosas. Antes de las dos ya marchaban en dirección noroeste. Iban a
                  paso lento, pues no tenían que llegar muy lejos.
                        Durante la primera parte del viaje,  Aslan explicó a Pedro su plan de
                  campaña.
                        —En cuanto termine lo que tiene que hacer en estos lugares —dijo—, es
                  casi seguro que la Bruja, con su banda, regresará a su casa y se preparará para el
                  asedio. Ustedes pueden ser o no ser capaces de atajarla y de impedir que ella
                  alcance sus propósitos.
                        Luego el León trazó dos planes de batalla: uno para luchar con la Bruja y
                  sus partidarios en el bosque y otro para asaltar su castillo. Pero, a la vez,
                  continuamente aconsejaba a Pedro acerca de la forma de conducir las
                  operaciones con frases como éstas: "Tienes que situar a los centauros en tal y
                  tal lugar”o "Debes disponer vigías para observar que ella no haga tal cosa", hasta
                  que por fin Pedro dijo:
                        —Usted estará ahí con nosotros, Aslan, ¿verdad?
                        —No puedo prometer nada al respecto —contestó el León, y continuó
                  con sus instrucciones.
                        En la última parte del viaje, Lucía y Susana fueron las que estuvieron más
                  cerca de él. Aslan no habló mucho y a ellas les pareció que estaba triste.
                        La tarde no había concluido aún cuando llegaron a un lugar donde el valle
                  se ensanchaba y el río era poco profundo. Eran los Vados de Beruna. Aslan
                  ordenó detenerse antes de cruzar el agua, pero Pedro dijo:
                        —¿No sería mejor acampar en el lado más alejado?..., ella puede intentar
                  un ataque nocturno o cualquier otra cosa.
                        Aslan, que parecía pensar en algo muy diferente, se levantó y, sacudiendo
                  su magnífica melena, preguntó:
                        —¿Eh? ¿Qué dijiste?
                        Pedro repitió todo de nuevo.
                        —No —dijo Aslan con voz apagada, como si se tratara de algo sin
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