Page 88 - Alicia en el país de las maravillas
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"iQué aficionada es a encontrarle la moraleja a todo!",                  -Por favor, no se moleste en repetir cada cosa con otras
            pensó Alicia.                                                           palabras.
               -Se me ocurre que piensas por qué yo no pongo mi bra­                    -No, no estoy diciendo que eso me moleste -repuso la
            zo alrededor de tu cintura -dijo la duquesa, después de una             duquesa -. iTe regalo todo lo que he dicho hasta ahora!
            pausa -. Lá razón está en que me siento muy dudosa respec­                 "iQué regalos tan económicos!  -pensó Alicia-.  Me
            to al carácter de tu flamenco. lQuieres que haga la prueba?             alegro de que para el día de mi cumpleaños no me hagan ob­
               -Puede pic�rla  -contestó-prudentemente Alicia, sin                  sequios así ... "
            sentir en absoluto el deseo de que ella tratara de hacer seme­             Pero claro que no se atrevió a repetir su pensamiento en
            jante cosa.                                                             voz alta.
               -Es verdad -aprobó la duquesa-. Los flamencos pi­                        -lPensando de nuevo?  -le preguntó la duquesa, vol­
            can como la mostaza. Y la moraleja de eso es: "Dime con                 viendo a enterrarle en el hombro su aguda barbilla.
            quién andas y te diré quién eres".                                          -Tengo derecho_ a pensar  -contestó Alicia con brus­
                -Sólo que la mostaza no es un pájaro  -observó Alicia.              quedad, porque estaba empezando a sentirse un poco moles­
                -Tienes razón, como de costumbre -respondió la du-                  ta.
            quesa, que parecía estar pronta a aceptar todo lo que Alicia
            dijera-. Cerca de aquí hay una gran mina de mostaza. Lamo­                  -Más o menos tanto derecho como el que tienen los cer­
            raleja de esto es: "Mientras más grande sea una mina, menos             dos a volar; y la moral...
            te pertenecerá a ti sola".                                                 Pero aquí, para gran sorpresa de Alicia, la voz de la du­
                -No sé -contestó la muchacha, que no había prestado                quesa se extinguió en medio de su palabra favorita, y el bra­
            atención a las últimas palabras -. Pero la mostaza es un ve­           zo que tenía enlazado al suyo empezó a temblar. Alicia miró
            getal: no lo parece, pero es así.                                      hacia arriba y vio a la reina frente a ellas, con los brazos cru­
                � Estoy muy de acuerdo contigo, y la moraleja de eso es:           zados y el ceño fruncido, anunciando tempestad.
            "Sé lo que aparentas ser". O, si quieres expresar lo mismo con             -jóué hermoso día, Majestad!  -dijo la duquesa con
            palabras más sencillas, se puede decir: "Nunca imagines que·           voz baja y débil.
            eres distinta a como apareces frente a los ojos de los demás,              -Te haré una noble advertencia  -gritó la reina, gol­
            ya que lo que fueras o hubieres sido no será nada más que lo           peando el suelo con el pie mientras hablaba-. Voy a hacer­
            que fuiste".                                                           te desaparecer a ti O tu cabeza en un abrir y cerrar de ojos.
                -Creo que entendería mejor eso si pudiera escribirlo -             iElige cuál de las dos cosas prefieres!
            contestó muy cortésmente Alicia-. Pero no puedo seguir                     La duquesa hizo su elección y desapareció en un segun­
            exactamente el significado de sus palabras.                            do.
                -Eso no es nada comparado con lo que podría decir si                   -Sigamos con el juego -dijo la reina .a Alicia.
            pensara un poco -declaró muy complacida la duquesa.                        La muchacha estaba demasiado asustada corno para con-


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