Page 93 - Alicia en el país de las maravillas
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-Esta señorita quiere conocer tu historia -le dijo el gri-
fo.
-Se la contaré -contestó la tortuga, con acento profun
do y desgarrador -. Siéntense los dos y no hablen una pala
bra hasta que yo haya terminado.
Se sentaron y guardaron silencio durante algunos minu
tos.
"No sé cómo va a terminar, cuando nunca empieza",
pensó Alicia para sus adentros.
Sin embargo, esperó pacientemente.
-Una vez -dijo la tort,uga falsificada, dando un gran
suspiro - yo fui una tortuga verdadera.
. Estas palabras fueron seguidas por un silencio muy gran
de, roto sólo por una exclamación, como ronquido, del grifo,
y por el constante sollozar de la tortuga falsificada. Alicia es
taba a punto de levantarse y decir:
"Gracias, señora, por su interesante historia".
Pero como pensó que algo más tenía que haber, perma
neció sentada y silenciosa.
-Cuando éramos pequeños ... -continuó diciendo, por
fin, la tortuga, algo más calmada, aunque sollozando un po
co de cuando en cuando -, íbamos a la escuela en el mar. La
maestra era una vieja tortuga. Acostumbrábamos a llamarla
"tortúgona".
-'-lYpor qué le decían así? -preguntó Alicia.
-Porque era nuestra profesora ... iVeo que eres bastan-
te torpe!
-Debieras sentirte avergonzada de hacer preguntas tan
necias -agregó el grifo.
Luego ambos se sentaron silenciosos y miraron a la po
bre Alicia, quien deseaba que se la tragase la tierra. Final
mente, el grifo dijo a la tortuga falsificada:
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