Page 86 - Alicia en el país de las maravillas
P. 86

9                                            duquesa, y se sorprendió cuando oyó de nuevo su voz que ha­
                   La historia de la tortuga falsificada                            blaba muy cerca de su oído:
                                                                                        -Tú estás pensando en algo, hijita mía, y eso hace que
                                                                                    te olvides de hablar. .. No te puedo decir la moraleja que se
                                                                                    puede desprender de eso en este momento, pero la recordaré
                                                                                    poco a poco.
                                                                                        -Es posible que no tenga ninguna moraleja -se aven­
                                                                                    turó a observar Alicia.
                                                                                        -iChito, chito, niña! -exclamó la duquesa-. Todas las
                                                                                    cosas envuelven una enseñanza y es cuestión sólo de encon-
                                                                                    trarla.
                                                                                        Mientras decía eso se apretó más contra Alicia.
                                                                                        La muchacha no se encontraba muy contenta al sentir a
            -iNo sabes lo contenta que me siento de volver a verte, mi              la duquesa tan cerca de ella, en primer lugar porque la señora
            vieja amiga! -dijo cariñosamente la duquesa, cogiendo a Ali­            era demasiado fea y, en segundo, porque su tamaño le per­
            cia del brazo y yéndose a pasear con ella.                              mitía alcanzar con la barbilla el hombro de Alicia, y en reali­
               Alicia también se sintió muy complacida al encontrar a la            dad,  la  tal  barbilla  era  bastante  afilada.  Sin  embargo, .la
            señora en un estado de ánimo tan placentero, y pensó que tal            muchacha no quería pecar de mala educación, así es que la
            vez aquella furia que había demostrado estando en la cocina             soportó lo mejor que pudo.
            se debía sólo a la pimienta.                                                -El juego marcha ahora un poco mejor -dijo, con el
               "Cuando sea una duquesa -se dijo (aunque sin tener                   objeto de hacer un poco de conversación.
            muchas esperanzas)-, no usaré pimienta en la cocina. Al fin
  ,,
                                                                                        -:-lAh, sí? -respondió la duquesa -. La moraleja de eso
 f          y al cabo, la sopa resulta sabrosa sin ella ... Es posible que siem­    es: "iEl amor es lo que hace marchar el mundo!"
                                                                                        -Alguien dijo -murmuró Alicia - que los que hacen
            pre sea la pimienta la causa del mal carácter de las personas
            -prosiguió cavilando, muy satisfecha de haber hecho seme­
            jante descubrimiento -, como asimis•mo el vinagre debe ser              marchar el mundo son las personas que se preocupan de sus
                                                                                    propios asuntos y no de los asuntos de los demás.
           lo que pone agrio el humor, el azúcar lo que lo endulza y el                 -Muy bien. Eso significa más o menos la misma cosa -
           ají lo que lo sulfura ... Me gustaría que todo el mundo supie­           contestó la duquesa, hundiendo de nuevo su puntiaguda bar­
           se esto, porque entonces no tendrían tanta afición a ciertos             billa en el hombro de Alicia, mientras agregaba -: i Cuida del
           alimentos ... "                                                          sentido de las cosas, porque, entonces, las palabras con que
               Mientras tanto, se había olvidado completamente de la                lo expreses se cuidarán solas!



                                      86                                                                       87
   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91