Page 48 - Alicia en el país de las maravillas
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-Del hongo -respondió la oruga, igual que si la mucha "lQué podrá ser toda esa cosa verde? -se preguntó-.
cha hubiera hecho la pregunta en voz alta. Un momento des ¿y a dónde se habrán ido mis hombros? iOh, mis pobres ma
pués se había perdido de vista. nos, no puedo verlas siquiera!" Junto con decir esas palabras,
Alicia se quedó mirando pensativa y contempló el hongo sentía que agitaba las manos, pero todo lo que conseguía era
durante un minuto, tratando de descubrir cuáles eran los dos que se estremecieran las verdes y distantes hojas.
lados que tenía. Pero el problema era difícil, porque en reali Como comprendió que no era posible poderse llevar las
dad el hongo era perfectamente redondo. Sin embargo, se de manos a la cabeza, trató de bajar la cabeza hasta ellas y se sin
cidió finalmente a estirar los brazos todo cuanto le fue posible tió encantada al advertir que podía doblar el cuello fácilmen
hasta lograr coger un pedazo de hongo con cada mano. te, en cualquier dirección, igual que una serpiente. Había
"lY ahora cuál es cuál?", se dijo la muchacha,y probó un logrado doblarlo graciosamente en una onda e iba a sumer
pedacito de la mano derecha para ver qué efecto le producía: girlo entre las verdes hojas, que resultaron ser nada menos
isintió entonces un terrible golpe en la barba! iHabía topado que las. copas de los mismos árboles bajo los cuales había es
los pies! tado vagando, cuando un agudo silbido la hizo retroceder
Bastante asustada con este súbito cambio, comprendió apresuradamente: una gran paloma había volado hasta su ca
que no había tiempo que perder porque se achicaba rápida ra y movía violentamente las alas;
mente, así es que se apresuró a remediar la situación, co -iUna serpiente! -chilló la paloma.
miéndose un poco de la otra porción. Pero tenía la barba tan -Yo no soy una serpiente -repuso indignada Ali-
pegada a los pies, que resultaba sumamente difícil abrir la bo cia-. iDéjeme tranquila!
ca; no obstante, lo consiguió al fin y se las arregló para tragar -iHe dicho serpiente! -repitió la paloma, pero ya con
una mascada de la mano izquierda. un tono más suave. Luego agregó lastimeramente-: Lo he
tratado todo sin poder conseguir nada ...
* -No te!}go la menor idea a qué se refiere usted -de
claró la muchacha.
"iVamos, por fin siento que puedo mover la cabeza co -He ensayado la protección de las raíces de los árboles,
mo me plazca!", exclamó Alicia llena de alegría, pero su feli de las orillas de los ríos y de los setos -continuó diciendo la
cidad se transformó inmediatamente en alarma cuando se dio paloma, sin preocuparse de Alicia -, i pero no hay forma de
cuenta de que no podía encontrarse los hombros. Lo único escapar de esas malditas serpientes!
que vio, al mirar hacia abajo, fue un pedazo larguísimo de cue Alicia estaba cada vez más confundida, pero pensó que
llo que parecía levantarse igual que en un tallo, en medio de no sacaba nada con hablar hasta que la paloma hubiese ter
un mar de hojas verdes que crecían alla a una gran dis minado de hacer su queja.
tancia. -iComo si ya no fuese bastante trabajo empollar los hue-
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