Page 47 - Alicia en el país de las maravillas
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- Cuando era joven -respondió el viejo, contoneándo­  Durante unos minutos se produjo un profundo silencio.
 se-         La oruga fue la primera en hablar.
              -lDe qué porte te gustaría ser? -preguntó a la mucha­
 solía mis músculos acostumbrar   cha.
 con este ungüento ... Un peso la caja;   -Eso no me preocupa mayormente -contestó rápida­
 si lo deseas, te vendo un par.   mente Alicia -. Lo único que deseo es no cambiar tan a me­

 -Ya eres viejo -dijo el mancebo- y tus mandíbulas  nudo, lme comprendes?
              -Yo no comprendo nada .:..repuso la oruga.
 están muy débiles para mascar;  Alicia prefirió no continuar hablando. Nunca en su vida
 empero, puedes comerte un pato  habían rebatido tanto todo lo que ella decía, y se daba cuen­
 y ni su¡_uiera huesos. dejar.  ta de que estaba perdiendo la paciencia.
              -lEstás contenta ahora? -preguntó la oruga.
 -Cuando era joven -le dijo el padre- acostumbraba  -Bueno ... , quisiera ser un poco más grande señora, si es
 con mi mujer a disputar,  que  usted  no  se  opone.  iEsto  de  medir  menos  de  diez
 y el ejercicio de mis mandíbulas  centímetros resulta terriblemente insignificante!
 lo he conservado como si tal  - iEs una estatura muy razonable, sin embargo!  -de­
          claró la oruga con enojo, levantándose mientras hablaba y
 -Ya eres viejo -dijo le muchacho-. Nadie diría  mostrando su propia talla.
 que tienes vista excepcional;  -Pero yo no estoy acostumbrada a ella ... -dijo Alicia
 y aun puedes hoy, sobre la punta de tus narices,  con  tono  dolorido.  Luego  reflexionó  para sus adentros:
 una lamprea equilibrar.  "iCómo desearía que todas estas criaturas no se ofendieran
          con tanta facilidad!"
 - Te he responduio a tres preguntas, y ya es bastante  -Ya te acostumbrarás ... -insistió la oruga, poniéndose
 -le dijo el padre-, no abuses más.  de nuevo la pipa en la boca y echando bocanadas de humo.
 ¿crees que voy a estar así todo el día?  .  Esta vez Alicia esperó pacientemente hasta que la oruga
 Te echo a patadas si no te vas.  consintiese en volver a hablar. Después·de unos minutos, el
          gusano quitó la pipa de su boca, bostezó una o dos veces y se
 -lNo está correcto? -preguntó la oruga.  sacudió. Luego descendió del hongo y empezó a arrastrarse
 -No muy correcto, me temo -repuso tímidamente Ali-  por entre el pasto, comentando mientras se alejaba:
 cia -. He dicho algunas palabras cambiadas.   -Un lado te hará crecer, el otro lado te hará achicarte ...
 -Está mal del principio al fin -afirmó decididamente el  "lUn lado de qué? lEl otro lado de qué ... ?", se preguntó
 gusano.   Alicia en silencio.

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