Page 24 - Alicia en el país de las maravillas
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3                                        obstinó en guardar silencio respecto al número de años que
                          La carrera de los jurados                               contaba, no hubo nada más que agregar.
                                                                                      Finalmente, la rata, que parecía ser persona de alguna au-
                              y una larga historia                                toridad entre ellos, gritó:
                                                                                      -i Siéntense todos y escúchenme! Y o lograré que se se­
                                                                                  quen en un momento.
                                                                                      Todos se sentaron formando un gran círculo y dejando a
                                                                                  la rata en el medio. Alicia no podía apartar sus ojos del ani­
                                                                                  malito, porque estaba segura de que atraparía un resfrío si no
                                                                                  conseguía secarse luego.
                                                                                      -iAjá! -dijo la rata, dándose un aire de gran importan­
                                                                                  cia -. lEstán todos listos? Esto es, que yo sepa, lo mejor pa­
                                                                                  ra secarse. iSilencio todo el mundo, por favor! Guillermo el
                                                                                  Conquistador, cuya causa fue apoyada por el Papa, pronto se
                                                                                  impuso a los ingleses, quienes querían un jefe y estaban, des­
             Formaban, indudablemente, una reunión bastante curiosa al            de hacía tiempo, acostumbrados a la usurpación y a la con­
             encontrarse todos agrupados en la orilla. Los pájaros mostra­        .quista. Edwin y Morcar, condes de Mercia y Northumbria ...
             ban las plumas cubiertas de barro, mientras que los animales             -iUf -exclamó el loro, con un escalofrío.
             tenían los pelos pegados. Topos tiritaban y chorreaban agua,             -Perdone usted -dijo la rata frunciendo las cejas, aun-
             sintiéndose bastante malhumorados e incómodos.                       que con mucha cortesía-. lDecía usted algo?
                                                                                      -iYo rio! -repuso a toda prisa el aludido.
                El primer asunto que se trató fue, naturalmente, buscar               -Me pareció así -observó la rata-. Entonces sigo: Ed-
             un medio como secarse. Se discutió la cosa y, después de al­         win y Morcar, los condes de Mercia y Northumbria,  votaron
             gunos minutos, Alicia encontró lo más natural del mundo ha­          por Guillermo, y hasta Stigand, el patriótico arzobispo de
             blar con todo el grupo con una familiaridad igual que si les         Canterbury, encontró aconsejable ...
             hubiese conocido toda la vida. En efecto, sostuvo una larga              -lEncontró qué? -preguntó el pato.
             disputa con el loro, hasta que llegó un momento en que éste              -Encontró conveniente ...  -contestó la rata indigna-
             se volvió furioso y dijo:                                            da -. Por supuesto que usted entiende lo que yo quiero de­
                 -iYo soy más viejo que tú y, por consiguiente, sé mejor          cir ...
                                                                                      -Ya lo creo que sé perfectamente lo que significa en­
             de estas cosas!                                                      contrar ...  -respondió  el  pato-.  Casi siempre encontrar
                Por cierto que AI.icia no podía permitir esta afirmación          quiere decir para mí un sapo o un gusano. La cosa es que ...
            sin antes saber qué edad tenía el animal, y como el loro se           ¿cuál fue el asunto que encontró aconsejable el arzobispo?



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