Page 22 - Alicia en el país de las maravillas
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"lSacaré algo  con  dirigirme  a  esta rata?  -pensó Ali­
              te asustada ante el súbito cambio, pero muy contenta de ver­         cia  -. Aquí abajo todas las cosas son al revés, así es que no
              se viva todavía  -. iY ahora, al jardín!"                            sería nada de raro que el  animalito hablase. En todo caso, na­
                  Con estas palabras, la chica corrió todo  lo más rápida-
              mente que pudo hacia la pequeña puerta, pero, para desgra­           da se pierde con ensayar"  ... Así es que dijo:
               cia suya, la encontró cerrada de nuevo, mientras la llavecita           -Oiga, rata, mire usted, estoy muy cansada de nadar en
               de oro continuaba sobre la mesa de cristal.                         este charco  ... (Alicia imaginó que ésta era la forma correcta
                  "Las  cosas  están peor  que  antes  -pensó la pobre ni-
                                                                                   de hablarle a una rata. Es verdad que no lo había hecho an­
               ña-. iNunca, nunca había estado tan pequeña como ahora!             tes, pero en el libro de lecturas venían algunas frases por el
               iY declaro que es muy perjudicial esta estatura!"                   estilo.)
                   Mientras pronunciaba estas palabras, su  pie resbaló y, an­
                                                                                       La rata la miró con aire de curiosidad, y hasta pareció  que
               tes de que se alcanzase a dar siquiera cuenta de ello, se  en­      guiñaba uno de los ojitos, pe.ro no dijo nada.
               contró en medio de  un  agua salada que le llegaba hasta la             "Tal vez no entienda inglés -pensó Alicia -. Se diría que
               barba. Su primer pensamiento  fue  que, por  algún  motivo,         es  una rata francesa que hubiese llegado en el tiempo de Gui­
               había caído al mar y, "en ese caso, puedo regresar por tren",       llermo el Conquistador:" (A pesar de todos sus conocimien­
                pensó. (Alicia había ido a la playa sólo una vez, llegando a la    tos históricos, Alicia no tenía una noción muy clara de lo que
                conclusión general que, cualquiera que fuese el punto de la        hubiese sucedido antes de aquella época.)
                costa  donde  se  estuviese,  siempre  se  encontraba  gente           Empezó a decir de nuevo:
                bañándose en el mar, niños jugando en la arena, una fila de            -Oú est ma chatte? (que era la primera frase que apa­
                casas de pensión y, detrás de  ellas, una estación de ferroca­     recía en su libro de gramática y quiere decir: "lDónde está
                rril.) No obstante, pronto se dio cuenta de que estaba en la       mi gata?")-. La rata dio  un  salto fuera del agua y pareció
                piscina de lágrimas que había derramado momentos antes.            que se estremecía de miedo.
                    "iQuisiera  no haber llorado tanto! -reflexionó Alicia,
                                                                                       -iOh, perdóneme  usted!  -suplicó Alicia apresurada­
                mientras nadaba tratando  de  hallar  por  donde  salir-. Me       mente, temerosa de haber ofendido al pobre  animal-. Me
                imagino que encontraré mi castigo ahogándome en mis pro­           olvidé de que a ustedes no les gustan los gatos.
                pias lágrimas. iSerá una cosa rara, indudablemente! Pero, al           -iNo, no me gustan los gatos! -gritó la rata con voz in­
                 fin y al cabo, todo ha sido raro hoy día."                        dignada y aguda  -. ¿  Te gustarían los gatos si  estuvieses en mi
                    En ese momento sintió que alguien chapoteaba un poco
                 más allá. Se acercó para ver quién era, creyendo al principio     lugar?
                                                                                       -Es posible que no -contestó Alicia con tono concilia­
                 que se trataba de un lobo de mar o de un hipopótamo, pero         dor-. Pero no se enoje por eso. Y, sin embargo, me gustaría
                 luego recordó que como ella estaba muy pequeña, el animal         poder mostrarle mi gata Dinah  ..  � Creo que se aficionaría a  los
                 se veía muy grande, siendo que no era nada más que una ra­        gatos sólo con verla a ella. Es una criatura tan suave y encan-
                 ta que también se había caído al agua.


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