Page 89 - El vampiro vegetariano
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tapa yacía la estatua de una mujer con los brazos   La  escalera  llevaba  a  una  cámara  subterránea

 cruzados  sobre  el  pecho.  Camila  encendió  una   bastante  más  amplia  que el  mausoleo,  en  la  que
 antorcha  que  cogió  de  un  soporte  fijado  a  la   había tres ataúdes, uno de ellos muy pequeño.
 pared,  y  a  la  oscilante  luz  de  las  llamas  la  nina   —Como  ves,  no  estaré  sola  -comentó  Camila

 pudo  ver  con  claridad  el  rostro  de  la  estatua   mientras  abría  uno  de  los  ataúdes,  que  estaba
 yacente.   vacío. El interior, forrado de raso blanco, parecía
 —¡Eres tú! -exclamó.   muy  confortable-.  Los  otros  dos  están  ocupados

 —Sí -dijo Camila-. Es mi tumba. A ver si eres   por  mi  primo  Ludolfo  y  mi  sobrina  Leticia.  No
 capaz  de  levantar  la  tapa.  Cuando  vengas  a   puedo presentártelos ahora porque están en pleno
 despertarme, tendrás que hacerlo sola.   letargo.

 —¡Es  imposible!  -protestó  Lucía-.  ¡Con  esa
 estatua  a  tamaño  natural,  debe  de  pesar  más  de   —¿Vas  a...  meterte  ya?  -preguntó  Lucía  se-
 cien kilos!   ñalando el ataúd abierto.
 —Tiene  truco  -explicó  la  vampira  con  una   —No. Primero voy a acompañarte de nuevo a

 sonrisa-. Anda, inténtalo.   tu casa... Ahora ya sabes cómo llegar hasta aquí.
 La niña apoyó ambas manos bajo el borde de la   Cuando vengas a despertarme, dentro de un año,

 tapa de mármol y empujó hacia arriba con todas   tienes  que abrir  este  ataúd  y  ponerme  un  diente
 sus  fuerzas.  Para  su  sorpresa, la  tapa  cedió  y  se   de ajo junto a la nariz.
 abrió  del  todo  como  movida  por  un  oculto   —Pero  yo  creía  que  los  vampiros  no  sopor-
 mecanismo,  dejando  a  la  vista  una  empinada   tabais el ajo.

 escalera que se hundía en la oscuridad.   —Así  es,  y  por  eso  precisamente  sirve  para
 —Muy bien -la felicitó Camila. Luego le dio la   despertarnos. Nos provoca un ataque de tos que
 antorcha a la niña, la cogió en brazos y la depositó   nos saca del letargo -explicó Camila.

 en  el  interior  del  falso  sepulcro,  sobre  el  primer   En  ese  momento,  un  leve  ruido  las  hizo  vol-
 escalón, y acto seguido entró ella también de un   verse hacia la escalera, y un instante después
 ágil salto.




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