Page 86 - El vampiro vegetariano
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                 --_-··:TicÍ1<:s  razon.  Dd  mi�nw  modo  que  no  k
              podcmos  negar  a  un  amigo  la  ayuda  que  nos

             pide,  tampoco  podemos  rechazar  la  ayuda  que
              nos  ofrece.  Anda,  vístete ...






                                                                                     RODEARON  la tapia del cementerio hasta lle
                                                                                     gar  a  un  punto  en  el  que,  oculto  por  un  ar­

                                                                                     busto,  había  un  boquete  por  el  que  se  colaron
                                                                                     sin  dificultad.

                                                                                        Las  blancas  tumbas  y  los  monumentos  fu­
                                                                                     nerarios  brillaban  bajo  la  luna  llena  como  las

                                                                                     estatuas  del  sueño  de  Lucía,  y  el  silencio  era
                                                                                     tan  absoluto  que  la  niña  podía  oír  el  leve  ru­

                                                                                     mor  de  sus  pasos  sobre  la  tierra  batida.
                                                                                        Camila  la  llevó  de la mano  hasta un  peque­

                                                                                     ño  mausoleo,  ante  cuya  puerta  de  hierro  pa­
                                                                                     recían  hacer  guardia  dos  ángeles  de  mármol.

                                                                                     La  vampira  sacó  uná  gran  llave  de  aspecto
                                                                                     muy  antiguo,  abrió  la  puerta  metálica  y  entró

                                                                                     en  el  oscuro  interior,  haciéndole  a  Lucía  un
                                                                                     gesto  para  que  la  siguiera.

                                                                                        La  escasa  luz  que  entraba  por  la  puerta

                                                                                     abierta  iluminó  un  blanco  sepulcro sobre  cu a
                                                                                                                                             y
                                                                                                                                             91
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