Page 88 - El vampiro vegetariano
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tapa yacía la estatua de una mujer con los brazos                            La  escalera  llevaba  a  una  cámara  subterránea

            cruzados  sobre  el  pecho.  Camila  encendió  una                        bastante  más  amplia  que el  mausoleo,  en  la  que
            antorcha  que  cogió  de  un  soporte  fijado  a  la                      había tres ataúdes, uno de ellos muy pequeño.
            pared,  y  a  la  oscilante  luz  de  las  llamas  la  nina                  —Como  ves,  no  estaré  sola  -comentó  Camila

            pudo  ver  con  claridad  el  rostro  de  la  estatua                     mientras  abría  uno  de  los  ataúdes,  que  estaba
            yacente.                                                                  vacío. El interior, forrado de raso blanco, parecía
                —¡Eres tú! -exclamó.                                                  muy  confortable-.  Los  otros  dos  están  ocupados

                —Sí -dijo Camila-. Es mi tumba. A ver si eres                         por  mi  primo  Ludolfo  y  mi  sobrina  Leticia.  No
            capaz  de  levantar  la  tapa.  Cuando  vengas  a                         puedo presentártelos ahora porque están en pleno
            despertarme, tendrás que hacerlo sola.                                    letargo.

                —¡Es  imposible!  -protestó  Lucía-.  ¡Con  esa
            estatua  a  tamaño  natural,  debe  de  pesar  más  de                       —¿Vas  a...  meterte  ya?  -preguntó  Lucía  se-
            cien kilos!                                                               ñalando el ataúd abierto.
                —Tiene  truco  -explicó  la  vampira  con  una                           —No. Primero voy a acompañarte de nuevo a

            sonrisa-. Anda, inténtalo.                                                tu casa... Ahora ya sabes cómo llegar hasta aquí.
                La niña apoyó ambas manos bajo el borde de la                         Cuando vengas a despertarme, dentro de un año,

            tapa de mármol y empujó hacia arriba con todas                            tienes  que abrir  este  ataúd  y  ponerme  un  diente
            sus  fuerzas.  Para  su  sorpresa, la  tapa  cedió  y  se                 de ajo junto a la nariz.
            abrió  del  todo  como  movida  por  un  oculto                              —Pero  yo  creía  que  los  vampiros  no  sopor-
            mecanismo,  dejando  a  la  vista  una  empinada                          tabais el ajo.

            escalera que se hundía en la oscuridad.                                      —Así  es,  y  por  eso  precisamente  sirve  para
                —Muy bien -la felicitó Camila. Luego le dio la                        despertarnos. Nos provoca un ataque de tos que
            antorcha a la niña, la cogió en brazos y la depositó                      nos saca del letargo -explicó Camila.

            en  el  interior  del  falso  sepulcro,  sobre  el  primer                   En  ese  momento,  un  leve  ruido  las  hizo  vol-
            escalón, y acto seguido entró ella también de un                          verse hacia la escalera, y un instante después
            ágil salto.




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