Page 108 - El Superzorro
P. 108

106                                                                 107


           calidad  de  su  producto!  ¡Compren,                              ponde a mí escoger las piezas!

           señores, compren!                                                           A regañadientes, los zorritos y
                   En efecto,  junto a las cuatro                             el  tejón  se retiraron. A  todos  se les

           paredes de la habitación se amonto­                                caía la baba viendo a su padre hus­
           naban  los  más  hermosos  patos,  los                             mear los jamones, sobando los patos,
           más  suculentos  gansos,  a  punto  de                             sopesando los gansos. ¡Qué hambre!

           ser llevados al mercado. De las vigas                                       -¡No hay que perder la cabe­
           del  techo colgaban  filas  y  más  filas                          za, muchachos!  -dijo el zorro, vol­
           de tiernos jamones, de deliciosos to­                              viéndose hacia ellos-. No hay  que

           cinos.                                                             dejar ninguna pista,  ninguna señal,
                   -¡Coman,  coman  con  los                                  ni la más pequeña huella o migaja ...
           ojos! -les decía el zorro. Y sonrien­                              Porque si los granjeros se enteran de

           do añadía-:  ¿ Qué les parece la des­                              que hemos estado aquí,  todo se ha­
           pensa de nuestro amigo Buñuelo?                                    brá acabado ... Así es que vamos por
                   A  los  zorritos  les  parecía                             parte...  Lo  primero  en  mi  lista  de

           demasiado bien. De pronto,  se lan­                                compras  son  unos  patos.  ¿Qué  les
           zaron,  junto  con  el  hambriento                                 parecen  estos  cuatro  hermosos  ani­
           tejón, a la caza del delicioso botín.                              males? -dijo el zorro bajándolos de

                   -¡Alto!  ¡Alto  ahí!  -ordenó                              su  percha-...  Tejón,  ven  aquí  y
           imperiosamente  don  Zorro-.  ¡De­                                 échame una mano ... eso es ... ustedes,
           bo recordarles que soy yo el que da la                             niños,  ayúdenle  a  él. ..  muy  bien ...

           fiesta y que por lo tanto me corres-                               tóquenlos  y  verán  lo  hermosos  que
   103   104   105   106   107   108   109   110   111   112   113