Page 107 - El Superzorro
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cálculos no me fallan, nos encontra hago lo mismo, sólo que por debajo
mos en estos momentos justamente de la tierra.
debajo de la granja de ese redomado Con mucha cautela, don Zo
granuja llamado Buñuelo. Mi queri rro empezó a mover las tablas, hasta
do Tejón, justamente encima de que se aflojaron. Entonces, levantan
nuestras cabezas cuelgan los manja do una de ellas, asomó la cabeza.
res más deliciosos que te puedas ima -¡Victoria! -gritó el zorro,
ginar. entusiasmado con lo que veía-. ¡Lo
-¡Patitos sabrosos! ¡Suculen conseguimos! ¡Hemos dado en el cla
tos gansos! -exclamaban los zorri vo, como siempre!
tos, relamiéndose los hocicos. Pronto se reunieron los zorri
-Justamente -dijo don Zo tos, con su papá y don Tejón, en una
rro. enorme habitación. Lo que sus ojos
-Lo que yo no entiendo veían era tan maravilloso, que se ha
-dijo el Tejón-, es cómo demo- bían quedado sin habla. Aquello era
nios te has orientado para llegar has- el paraíso de los zorros, de los tejo
'
ta aqu1. nes y de todo bicho viviente con
-Muy fácil -le contestó el buen apetito.
zorro-. Antes yo me conocía el te -¡Señoras y señores! -dijo
rreno de los granjeros como la palma el zorro haciéndose el payaso-, an
de la mano. Podía ir a cualquiera de te ustedes, los grandes almacenes de
sus granjas a ciegas. Pues bien, ahora don Buñuelo. ¡Observen y vean la