Page 112 - El Superzorro
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            sin  poderse  contener-.  Por  favor,

            zorrete,  deja  que me lleve  esa mara­                             Zorro-,  sólo  nos  falta  transportar
            villosa lonja de tocino que cuelga de                               este botín a nuestra casa ... ,  ¿qué tal
                  _
            esa viga ...                                                        si  le  pedimos  prestado  a  nuestro
                                                                                buen amigo Buñuelo esos dos carri­
                    -¡Y zanahorias, papá!  -gri­                                tos de la compra?
            taron los tres zorritos-. ¡Nos lleva­                                       Dicho y hecho.  Llenaron  los

            remos un saco de zanahorias!
                    -¿Para  qué  quieren  zanaho­                              carritos  con  todas  las  provisiones  y
            rias  -les  preguntó  su  padre-,  si                               los bajaron por el agujero hasta el tú­
                                                                                nel. Una vez que se reunieron todos
            siempre las dejan en el plato cuando                                bajo tierra, el zorro, con muchísimo
            mamá las pone?
                    -¡Pero  si  no  son  para  noso­                           cuidado, volvió a poner los tablones

            tros! -exclamaron los tres-. Son pa­                                en  su  sitio,  de  forma  que  nadie  se
                                                                                pudiera  dar  cuenta  de  que  por  allí
            ra los conejos que no comen otra cosa!                              habían entrado unos zorros ...
                    -Diablos...  ¡tienen  razón!

            -dijo su padre-. Se me habían ol-                                           Finalmente,  papá Zorro  aga­
            vidado  mis  huéspedes.  ¡Lleven  dos                               rró por el pescuezo a dos de sus hijos
                                                                                y les dijo:
            sacos en vez de uno!                                                        -Ahora,  escúchenme  bien  '

                     En  un  santiamén,  reunieron
            todo el botín en el centro de la habi­                              lleven estos carritos a mamá y le dicen
                                                                                que  esta  noche  tenemos invitados a
            tación. Los zorritos lo contemplaban                                cenar  en  casa.  ¡La  familia  Topo,  la
            turulatos.
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