Page 9 - ¡Ay, cuánto me quiero!
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medallas.  «Gracias,  gracias»,  di­  más  será  capaz  de  responder


 go.  «Me doy gracias a mí mismo   cartas  anónimas.
 por mi apoyo. Todo  me lo  debo   Cada  noche,  cuando  me

 a mis propios méritos».  acuesto,  rezo  y  le  doy  gracias  a

 Otra  cosa  que  hago  es  lla­  Dios  por  haberme  hecho  a  mí

 marme  por  teléfono,  pero   junto conmigo. ¡Qué sabio es Él!

 siempre  suena  ocupado.  Segu­  Con  razón  es  Dios.  Hace  todo

 ramente  es  porque  estoy  ha­  bien.

 ciendo  cosas  muy  importantes,   Mientras  duermo,  me echo

 como  por  ejemplo,  llamarme   mucho  de  menos,  pero  ¡ay,  qué

 por teléfono.  alivio  despertar  en  la  mañana  y

 Además,  me  escribo  cartas   volver a encontrarme!

 y  las  escondo  debajo  de  mi  al­

 mohada.  Siempre  las  descubro

 rápidamente.  Ayer  me  escribí

 una carta sin  ponerle  mi  firma.

 Soy tan  astuto  que  reconocí  mi

 letra y supe  que  era yo,  así  que

 me  contesté.  No  sé  si  alguien


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