Page 8 - ¡Ay, cuánto me quiero!
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medallas.  «Gracias,  gracias»,  di­                              más  será  capaz  de  responder


          go.  «Me doy gracias a mí mismo                                   cartas  anónimas.
          por mi apoyo. Todo  me lo  debo                                           Cada  noche,  cuando  me

          a mis propios méritos».                                           acuesto,  rezo  y  le  doy  gracias  a

                  Otra  cosa  que  hago  es  lla­                            Dios  por  haberme  hecho  a  mí

          marme  por  teléfono,  pero                                       junto conmigo. ¡Qué sabio es Él!

          siempre  suena  ocupado.  Segu­                                    Con  razón  es  Dios.  Hace  todo

          ramente  es  porque  estoy  ha­                                    bien.

          ciendo  cosas  muy  importantes,                                          Mientras  duermo,  me echo

          como  por  ejemplo,  llamarme                                      mucho  de  menos,  pero  ¡ay,  qué

          por teléfono.                                                      alivio  despertar  en  la  mañana  y

                  Además,  me  escribo  cartas                               volver a encontrarme!

          y  las  escondo  debajo  de  mi  al­

          mohada.  Siempre  las  descubro

           rápidamente.  Ayer  me  escribí

           una carta sin  ponerle  mi  firma.

           Soy tan  astuto  que  reconocí  mi

          letra y supe  que  era yo,  así  que

           me  contesté.  No  sé  si  alguien


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