Page 71 - Autobiografia de mi Madre v.2
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en ella, No quería pasar el resto de mí vld:a con l-a llorando; ni siquiera siendo una recién nacida Hamó la
persona a la <JUC pertenecía una habitacir'm como atención sobre sí misma. La encontró una mujer� una
aquella. Cuando él no estaba en casa, pasaba fas no monfa que seguía su camino causando más estragos en
ches en rni habitación con sudo de tierra en el exterior, las vidas de los sobrevivientes que constituían los últi
junto a la codna. Los días los pasaba en una escuda. mos restos de un pueblo abocado a fa desaparición; se
La educación que recibía nunca fue tan satisfactoria llainaba Claudette Desvarieux. Le dio su nombre a mi
como me habían dicho; sólo conseguía. llenarme de 1nadre, Hamú a mi madre con su nombre; no sé có1no
preguntas que quedaban sin respuesta, sólo conseguía se conservó el nombre de Xuda, pero mi padre me lo
lJenarme de ita. No podía gustarme aquello a lo que puso a mí también cuando ella murió, justo después
me conducía: una humillación tan permanente 9ue de que yo naciera. Él la amó; no sé en 9ué medida la
acabas sintiéndote con ella como en tu propia piel. Y persona que era entonces, románcíca y tierna� sobrevi
tu nombre, cuaiqulcr:a que sea� al final no constituía el vió en él.
p6rtko de entrada a la persona que realmente eras > y Aquella época de mí vida fue idílica: la paz y la
nunca podrías decirte a ti misma: me llamo Xuela alegría de una femínklad joven e inocente durante el
Clauderte Desvarieux. Así se llamaba mi madre, peto día, que pasaba en una gran aula en compañía de otras
no puedo decir que ése fuera su verdadero nombre, personas jóvenes de mi mismo sexo, todas ellas fruto
pues en una vida como la suya, i;:omo en la mía, ¿qué de uniones legítimas, pues aquella escuela fundada por
es un nombre verdadero? Yo me Hamo como eH:a, misioneras acólitas de John Wesley no admitía niñas
Xuela Claudette, y en lugat de Desvarieux, Richard nacidas fuera del matrimonio, lo gue; aparte de todo
son, que es el apellido de mi padre; pero ¿quiénes son lo de111ás, era una de las causas de que fa escuela conti
esas personas, Claudette, Desvarieux y Richardson? nuara siendo muy pe9ueña, ya que la mayoría de los
Investigarlo, examinarlo, sólo podría llenarte de des niños habfan nacido fuera del matrimonio. Todos los
esperación; la humillación no haría más que dfas estaba rodeada por las fururas vencidas, las futu
emborracharte de aborrecimiento por ti misma. Pues ras resentidas > el sordo zumbido de l:as voces de esas
el nombre de cada persona es a la vez la historia de chicas; sus cuerpos: yue eran ya una fuente de ansiedad
su vida recapitulada y abreviada, y al declararlo, esa y vergüenza para ellas, estaban embutidos en una espe
persona se eleva o se rebaja, y quien lo oye eleva o cie de sacos azules hechos de un algodón áspero al
rebaja su concepto de ella. tacto un uniforme, Y luego una vez más estaban mis
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A mi madre la dejó a las puertas de un convento noches de silencios }' suspiros ... todo un Jdilio, hasta su
una mujer que se cree era su propia madre cuando final podía ved,; como ral. No sabía cómo ni cuándo
tenía <1uizá un dfa de vida; estaba envuelta en algunos llegaría ese final, pero lo podía ver de todas formas, y
pedazos de tela vieja y limpia, y el nombre Xuela es era un pensamiento que no me llenaba precisamente
taba escrito en e:-os pedazos de tela; estaba escrito de remor.
con tinta color índigo, un tinte extraído de una plan Un día me puse muy enferma. Estaba embaraza
ta. No descubrieron su presencia porque estuviera da, pero no lo sabía. No tenía experiencia acerca de
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