Page 70 - Autobiografia de mi Madre v.2
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en ella,  No  quería pasar  el  resto  de mí vld:a  con  l-a   llorando; ni siquiera siendo una recién nacida Hamó la
              persona a  la  <JUC  pertenecía  una habitacir'm  como   atención sobre sí misma. La encontró una mujer� una
              aquella. Cuando él no estaba en casa, pasaba fas no­   monfa que seguía su camino causando más estragos en
              ches en rni habitación con sudo de tierra en el exterior,   las vidas de los sobrevivientes que constituían los últi­
              junto a la codna. Los días los pasaba en una escuda.   mos restos de un pueblo abocado a fa desaparición; se
              La  educación que recibía nunca fue tan satisfactoria   llainaba Claudette Desvarieux. Le dio su nombre a mi
              como me  habían  dicho; sólo conseguía. llenarme de    1nadre, Hamú a mi madre con su nombre; no sé có1no
              preguntas que quedaban sin respuesta, sólo conseguía   se conservó el nombre de Xuda, pero mi padre me lo
              lJenarme de ita. No podía gustarme aquello a lo que    puso a mí también cuando ella murió, justo después
              me  conducía:  una  humillación  tan  permanente  9ue   de que yo naciera. Él la amó; no sé en 9ué medida la
              acabas sintiéndote con ella como en tu propia piel. Y   persona que era entonces, románcíca y tierna� sobrevi­
              tu nombre, cuaiqulcr:a que sea� al final no constituía el   vió en él.
              p6rtko de entrada a la persona que realmente eras >  y    Aquella  época de  mí  vida  fue  idílica:  la  paz  y la
              nunca  podrías  decirte  a  ti  misma:  me llamo  Xuela   alegría de una femínklad  joven e inocente durante el
              Clauderte Desvarieux. Así se llamaba mi madre, peto    día, que pasaba en una gran aula en compañía de otras
              no puedo decir que ése fuera su verdadero nombre,      personas jóvenes de mi mismo sexo, todas ellas fruto
              pues en una vida como la suya, i;:omo en la mía, ¿qué   de uniones legítimas, pues aquella escuela fundada por
              es  un  nombre verdadero?  Yo  me  Hamo  como  eH:a,   misioneras acólitas de John Wesley no admitía niñas
              Xuela Claudette, y en lugat de Desvarieux, Richard­    nacidas  fuera del matrimonio, lo  gue; aparte de todo
              son, que es el apellido de mi padre; pero ¿quiénes son   lo de111ás, era una de las causas de que fa escuela conti­
              esas  personas, Claudette, Desvarieux y Richardson?    nuara siendo muy pe9ueña, ya  que la mayoría de los
              Investigarlo, examinarlo, sólo podría llenarte de des­  niños habfan nacido fuera del matrimonio. Todos los
              esperación;  la  humillación  no  haría  más  que      dfas estaba rodeada por las fururas vencidas, las futu­
              emborracharte de aborrecimiento por ti misma. Pues     ras resentidas >  el sordo zumbido de l:as voces de esas
              el nombre de cada  persona es a la vez la historia de   chicas; sus cuerpos: yue eran ya una fuente de ansiedad
              su  vida recapitulada y abreviada, y al declararlo, esa   y vergüenza para ellas, estaban embutidos en una espe­
              persona se  eleva o se  rebaja, y quien lo oye eleva  o   cie de sacos  azules  hechos de  un  algodón  áspero  al
              rebaja su concepto de ella.                            tacto un  uniforme, Y luego una vez más estaban mis
                                                                         >
                 A mi madre la dejó a las puertas de un convento     noches de silencios }' suspiros  ... todo un Jdilio, hasta su
              una mujer que  se  cree  era su  propia madre cuando   final podía ved,; como ral. No sabía cómo ni cuándo
              tenía <1uizá un dfa de vida; estaba envuelta en algunos   llegaría ese final, pero lo podía ver de todas formas, y
              pedazos de tela vieja y limpia, y el nombre Xuela es­  era un pensamiento que no me llenaba precisamente
              taba escrito  en  e:-os  pedazos  de tela; estaba  escrito   de remor.
              con tinta color índigo, un tinte extraído de una plan­    Un día me puse muy enferma. Estaba embaraza­
              ta.  No descubrieron  su  presencia  porque estuviera   da, pero no  lo  sabía. No tenía experiencia acerca de


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