Page 98 - Fahrenheit 451
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-Si cree que valdría la pena intentar ese plan, tendría -Han muerto o son muy viejos.
que aceptar su palabra de que podría ayudarnos. -Cuanto más viejos, mejor. Pasarán inadvertidos.
-¡No es posible garantizar cosas así! Después de Usted conoce a docenas de ellos, admítalo.
todo, cuando tuviésemos todos los libros que necesitáse -Oh, hay muchos actores que no han interpretado a
mos, aún insistiríamos en encontrar el precipicio más alto Pirandello, a Shaw, o a Shakespeare desde años porque
para lanzarnos al vacío. Pero necesitamos un respirador. sus obras son demasiado conscientes del mundo. Podría
Necesitamos conocimientos. Y tal vez dentro de un millar mos utilizar el enojo de ésos. Y podríamos emplear la ra
de años, podríamos encontrar barrancos más pequeños bia honesta de los historiadores que no han escrito una
desde los que saltar. Los libros están para recordarnos lo línea desde hace cuarenta años. Es verdad, podríamos or
tontos y estúpidos que somos. Son la guardia pretoriana ganizar clases de meditación y de lectura.
de César, susurrando mientras tiene lugar el desfile por la -¡Sí!
avenida: «Recuerda, César, que eres mortal. » La mayoría -Pero eso sólo serviría para mordisquear los bordes.
de nosotros no podemos andar corriendo por ahí, ha Toda la cultura está deshecha. El esqueleto necesita un
blando con todo el mundo, ni conocer todas las ciudades • nuevo andamiaje y una nueva reconstitución. ¡ Válgame
del mundo, pues carecemos de tiempo, de dinero o de Dios! No es tan sencillo como recoger un libro que se
amigos. Lo que usted anda buscando, Montag, está en el dejó hace medio siglo. Recuerde, los bomberos casi
mundo, pero el único medio para que una persona co nunca actúan. El público ha dejado de leer por propia
rriente vea el noventa y nueve por ciento de ello está en iniciativa. Ustedes, los bomberos, constituyen un espec
un libro. No pida garantías. Y no espere ser salvado por táculo en el que, de cuando en cuando, se incendia algún
alguna cosa, persona, máquina o biblioteca. Realice su edificio, y la multitud se reúne a contemplar la bonita ho
propia labor salvadora, y si se ahoga, muera, por lo me guera, pero, en realidad, se trata de un espectáculo de se
nos, sabiendo que se dirigía hacia la playa. gunda fila, apenas necesario para mantener la disciplina.
Faber se levantó y empezó a pasear por la habitación. De modo que muy pocos desean ya rebelarse. Y, de esos
-¿Bien? -preguntó Montag. pocos, la mayoría, como yo, se asustan con facilidad.
-¿Habla completamente en serio? ¿Puede usted andar más aprisa que el Payaso Blanco, gri
-Completamente. tar más alto que «Mr. Gimmick» y las «familias» de la
-Es un plan insidioso si es que puedo decirlo. -Fa- sala de estar? Si puede, se abrirá camino, Montag. En
ber miró, nervioso, hacia la puerta de su dormitorio-. cualquier caso, es usted un tonto. La gente se divierte.
Ver los cuarteles de bomberos ardiendo en todo el país, -¡Se está suicidando, asesinando!
destruidos como nidos de traición. ¡La salamandra devo Un vuelo de bombarderos había estado desplazándose
rando su rabo! ¡Oh, Dios! hacia el Este, i:nientras ellos hablaban, y sólo entonces los
-Tengo una lista de todas las residencias de bombe dos hombres callaron para escuchar, sintiendo resonar den
ros. Con un poco de labor subterránea ... tro de sí mismos el penetrante zumbido de los reactores.
-No es posible confiar en la gente, eso es lo malo -Paciencia, Montag. Que la guerra elimine a las «fa
del caso. ¿ Quién, además de usted y yo, prenderá esos milias». Nuestra civilización está destrozándose. Apár
fuegos? tese de la centrífuga.
-¿No hay profesores como usted, antiguos escrito -Cuando acabe por estallar, alguien tiene que estar
res, historiadores, lingüistas ... ? preparado.
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