Page 47 - Fahrenheit 451
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el rostro. Y, una vez más, se vio en el parque hablando Todos observaban a Montag. Éste no se movía.
con un viejo, un hombre muy viejo, y también el viento Sonó la alarma.
del parque era frío La campana del techo tocó doscientas veces. De
Montag vaciló: pronto hubo cuatro sillas vacías. Los naipes cayeron
-¿ Siempre ... , siempre ha sido así? ¿ El cuartel de como copos de nieve. La barra de latón se estremeció.
bombero, nuestro trabajo? Bueno, quiero decir que hubo Los hombres se habían marchado.
una época ... Montag estaba sentado en su silla. Abajo, el dragón
-¡Hubo una época! -repitió Beatty-. ¿Qué manera anaranjado tosió y cobró vida.
de hablar es ésa? Montag se deslizó por la barra, como un hombre que
«Tonto -pensó Montag-, te has delatado. En el úl sueña.
timo fuego, un libro de cuentos de hadas, del que casual E� Sabueso Mecánico daba saltos en su guerrera, con
mente leyó una línea ... » los O J OS convertidos en una llamarada verde.
-Quiero decir -aclaró-, que en los viejos días antes -¡Montag, te olvidas del casco!
de que las casas estuviesen totalmente a prueba de incen El aludido lo cogió de la pared que quedaba a su es
dios ... -De pronto, pareció que una voz mucho más jo palda, corrió, saltó, y se pusieron en marcha, con el
ven hablaba por él. Montag abrió la boca y fue Clarisse. viento nocturno martilleado por el alarido de su sirena y
McClellan la que preguntaba-: ¿No se dedicaban los su poderoso retumbar metálico.
bomberos a apagar incendios en lugar de provocarlos y Era una casa de tres plantas, de aspecto ruinoso, en la
atizarlos? parte antigua de la ciudad, que contaría, por lo menos, un
_
-¡Es el colmo! siglo de edad; pero, al igual que todas las casas, había sido
Stoneman y Black sacaron su libro guía, que también recubierta muchos años atrás por una delgada capa de
contenía breves relatos sobre los bomberos de América, plástico, ignífuga, y aquella concha protectora parecía ser
y los dejaron de modo que Montag, aunque familiarizado lo único que la mantuvier)..�rguida en el aire.
con ellos desde hacía mucho tiempo, pudiese leer: -¡Aquí están!
El vehículo se detuvo. Beatty, Stoneman y Black atra
vesaron corriendo la acera, repentinamente odiosos y gi
gantescos en sus gruesos trajes a prueba de llamas. Mon
Establecidos en J 79JJ_para quemar los libro.s de in tag les siguió.
fl.uenf_ia inglesa <!,e_ las colonias. Primer bombero: Benja Destrozaron la puerta principal y aferraron a una mu
mín]ranklin. jer aunque ésta no corría, no intentaba escapar. Se limi
taba a permanecer quieta balanceándose de uno a otro pie
REGLA 1. Responder rápidamente a la alarma. con la mirada fija en el vacío de la pared como si hubiese
2. Iniciar el fuego rápidamente. recibido un terrible golpe en la cabeza. Movía la boca, y
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3. Quemarlo todo. sus OJOS parecían tratar de recordar algo; y, luego, lo re
4. Regresar inmediatamente al cuartel. cordaron y su lengua volvió a moverse:
5. Permanecer alerta para otras alarmas. -«Pórtate como un hombre, joven Ridley. Por la
gracia de Dios, encenderemos hoy en Inglaterra tal ho
guera que confío en que nunca se apagará.»
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