Page 55 - La Casa de Bernarda Alba
P. 55
LA CASA DE BERNARDA ALBA
AMELIA: Quizá una mulilla sin desbravar.
MARTIRIO: (Entre dientes y llena de segunda intención). Eso, ¡eso!
Una mulilla sin desbravar.
AMELIA: ¡Hay que prevenir!
MARTIRIO: No. No. No digas nada, puede ser un barrunto mío.
AMELIA: Quizá. (Pausa). (Amelia inicia el mutis).
MARTIRIO: Amelia.
AMELIA: (En la puerta). ¿Qué? (Pausa).
MARTIRIO: Nada. (Pausa).
AMELIA: ¿Por qué llamaste? (Pausa).
MARTIRIO: Se me escapó. Fue sin darme cuenta. (Pausa).
AMELIA: Acuéstate un poco.
ANGUSTIAS: (Entrando furiosa en escena de modo que haya un gran
contraste con los silencios anteriores). ¿Dónde está el retrato de Pepe
que tenía yo debajo de mi almohada? ¿Quién de vosotras lo tiene?
MARTIRIO: Ninguna.
AMELIA: Ni que Pepe fuera un San Bartolomé de plata.
ANGUSTIAS: ¿Dónde está el retrato? (Entran La Poncia, Magdalena
y Adela).
55