Page 58 - La Casa de Bernarda Alba
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FEDERICO GARCÍA LORCA
MARTIRIO: ¡Si yo la dejo! ¿Lo oye? ¡Retírese usted!
LA PoNCIA: No faltes a tu madre.
ANGUSTIAS: (Cogiendo a Bernarda). Déjela. ¡Por favor!
BERNARDA: Ni lágrimas te quedan en esos ojos.
MARTIRIO: No voy a llorar para darle gusto.
BERNARDA: ¿Por qué has cogido el retrato?
MARTIRIO: ¿Es que yo no puedo gastar una broma a mi hermana?
¿Para qué lo iba a querer?
ADELA: (Saltando llena de celos). No ha sido broma, que tú nunca
has gustado jamás de juegos. Ha sido otra cosa que te reventaba
en el pecho por querer salir. Dilo ya claramente.
MARTIRIO: ¡Calla y no me hagas hablar, que si hablo se van a
juntar las paredes unas con otras de vergüenza!
ADELA: ¡La mala lengua no tiene fin para inventar!
BERNARDA: ¡Adela!
MAGDALENA: Estáis locas.
AMELIA: Y nos apedreáis con malos pensamientos.
MARTIRIO: Otras hacen cosas más malas.
ADELA: Hasta que se pongan en cueros de una vez y se las lleve el río.
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